La Voz del Interior

La maratón de tapitas, récord

- Mariela Martínez Correspons­alía

RÍO TERCERO. Cómo integrar a todos por igual: esa fue la premisa en el jardín de infantes de la escuela rural Yapeyú, cercana a la ciudad de Río Tercero. A esa aula concurren ocho alumnos, de 3 a 5 años, de los cuales seis son bolivianos. Los ocho son de condición socioeconó­mica muy humilde.

La experienci­a parte de uno de los 110 acuerdos escolares de convivenci­a, puestos en práctica en los últimos años en escuelas del departamen­to Tercero Arriba, en el marco de un proyecto que se aplica en toda la provincia.

Silvina Leyría (42), la docente a cargo del jardín, se propuso profundiza­r en las costumbres de las familias bolivianas cuya principal actividad laboral está ligada a los cortaderos de ladrillo. Así fue como visitó sus hogares y compartió sus comidas. A fin de año, esas familias serán invitadas a la casa de “la seño”, para seguir afianzando lazos.

Leyría comenzó por explorar la lengua. “Los alumnos tienen a sus papás que hablan en quechua y muy poco en castellano”, contó. Además, reconoció que le llamó la atención “cómo mantienen costumbres culturales de su país, a pesar de estar muy lejos”.

La docente detalló que sus alumnos extranjero­s pertenecen a “familias muy humildes, cuyas casas se inundan o sus techos vuelan ante tormentas”. Describió que no tienen energía eléctrica en ese ámbito rural (utilizan algunas horas un generador para la iluminació­n) y buscan agua en el río.

La maestra encontró “a familias numerosas, de hasta nueve hijos”. Algunas padecen una condición económica tan precaria que entre sus hábitos aparece “recolectar cosas de basureros clandestin­os”, cercanos al sitio que habitan.

“De a poco, se logró que los chicos hablaran y se expresaran, para saber lo que piensan”, apuntó.

Leyría contó que en el aula hacen “asambleas de alumnos, en un ámbito transversa­l, donde cada uno tiene la palabra, y se motiva por sus intereses y se aprende”.

Por caso, uno de ellos reconoció

entre sus deseos “tener ventana con vidrios en su casa”.

La docente expone que su meta, aún en proceso, es “dentro de un marco pedagógico, poder insertarlo­s y darle pertenenci­a a la comunidad”.

Este proyecto, al igual que otros en ejecución en la provincia, plantea un abordaje de las situacione­s de conflicto social, de convivenci­a, y de integració­n y equidad en el aula. Esa es la finalidad.

El caso de la escuela Yapeyú sirve como muestra de tantos otros posibles, entre dificultad­es sociales, económicas y culturales que se trasladan a las aulas.

La lluvia no pudo frenarla y la Maratón de Tapitas 2018, realizada en el Hospital Infantil de Córdoba, batió en esta edición un nuevo récord: ayer se recolectar­on 19.600 kilos de ese material plástico.

En 2017 se juntaron 18 toneladas en la campaña anual para recaudar fondos para ese centro de salud. Ahora fueron 19,6.

La empresa reciclador­a Neoscrap pagará unos 6 pesos por cada kilo de tapitas (unas 350 representa­n un kilogramo).

La Maratón de Tapitas, al igual que la de Papel, es organizada desde hace años por la Asociación del Hospital Infantil. Canal 10, con la conductora Rebeca Bortoletto, estuvieron al frente de la campaña y la cobertura del evento de ayer, que sumó varios espectácul­os.

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19,6. Fueron las toneladas juntadas.

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