La Voz del Interior

La ganadería tienta a inversores “sin vacas”

- Alejandro Rollán arollan@lavozdelin­terior.com.ar

De la mano de la exportació­n, que tiene su mejor desempeño en nueve años, la producción de carne bovina no sólo les hace ganar plata a los actores de la cadena, sino también a inversores ocasionale­s que apuestan al negocio.

Desde que comenzó a operar en agosto del año pasado, los contratos fijados a valor del kilo en pie del novillo y del ternero, que operan en los mercados a Término de Buenos Aires (Matba) y de Rosario (Rofex), exhibieron una ganancia de casi 70 por ciento.

Comenzaron con un valor de 32 pesos el kilo de novillo y esta semana cerraron en 54 pesos para la posición diciembre de 2018. “Aquel inversor que se posicionó a la suba el año pasado hoy estaría con un rentabilid­ad de casi 70 por ciento en pesos”, comentó Federico Cavarozzi, gerente de riesgo y desarrollo de producto del Mercado a Término de Buenos Aires (Matba). El especialis­ta estuvo en Córdoba disertando en el ciclo Charlas Granaderas, que organizan la Bolsa de Cereales de Córdoba y la Asociación de Frigorífic­os e Industrial­es de la Carne de Córdoba.

Con mucho menos historia que los mercados de futuros de granos, el ganadero intenta seducir a inversores a partir del buen momento que atraviesa la producción de carne.

Sin embargo, Cavarozzi es claro y contundent­e. “Son mercados que tienen la particular­idad de que las ganancias pueden ser ilimitadas, pero también las pérdidas”, indicó el ejecutivo del Matba.

¿Cómo invertir?

Para ingresar como inversor, el interesado no tiene más que ponerse en contacto con un agente de Bolsa y decidir hacer la inversión. Pude especular con el alza o la baja, ya sea del precio del novillo en Liniers o del ternero en el Rosgan (mercado de Rosario). Las dos alternativ­as están tanto en pesos como en dólares.

El contrato mínimo tiene un tamaño de mil kilos de carne, que a los valores de las posiciones actuales hacen un monto de 50 mil pesos; a razón de 50 pesos por kilo. Según explicó Cavarozzi, el inversor ingresa con el aporte de una mínima garantía que exige el mercado, que es la inmoviliza­ción de dos mil pesos.

La inversión se hace adoptando una posición: alcista o bajista para el precio.

Si la apuesta es a que el valor de la hacienda baje, lo que hace es adoptar una posición “vendedora” en el mercado; mientras que si su percepción es que va a subir, como viene ocurriendo, fija una posición “compradora”.

“Los contratos se cancelan con posiciones inversas. Si el inversor, por ejemplo, compró un contrato con el precio a 45 pesos y subió a 47, lo que hace es generar un contrato de venta a 47 pesos y recibe la diferencia, es decir, dos pesos por kilo”, graficó el especialis­ta. Cuando se liquidan las posiciones, el inversor recibe en devolución los dos mil pesos en garantía.

El interés del inversor por el mercado ganadero es creciente. Desde los frigorífic­os, que buscan asegurar su margen a partir de la fijación del precio, hasta inversores privados, que ven en la coyuntura de la carne un lugar donde poner sus ahorros. Hasta hace 30 días se habían negociado 2.500 contratos.

En los primeros 12 meses de operacione­s, en el mercado a Término de Buenos Aires se habían negociado alrededor de 2.500 contratos por un total de 2,54 millones de kilos. Y la cantidad de posiciones abiertas era de 303.

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(CLARÍN) Recinto. El Mercado a Término de Buenos Aires, junto con el de Rosario, son los lugares donde cotizan los contratos ganaderos.

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