En busca del acuerdo por el “Bréxit”
La primera ministra británica, Theresa May, ayer se mostró confiada en que llegará a un acuerdo con la Unión Europea por el “Bréxit”, en la Cámara de los Comunes. De todos modos, el problema continúa siendo el futuro de las dos Irlandas.
LONDRES, LUXEMBURGO. La primera ministra británica, Theresa May, se mostró optimista sobre la evolución de las negociaciones sobre el “Brexit” y aseguró que un acuerdo que regule la salida del país de la Unión Europea (UE) está ya perfilado, un día antes de una cumbre en Bruselas.
“Hicimos verdaderos progresos en las últimas semanas tanto sobre el acuerdo de salida como en la declaración política sobre nuestra futura relación”, dijo en un discurso ante la Cámara de los Comunes en Londres. Las negociaciones están “en su fase final”.
También su ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, se había mostrado optimista en declaraciones en Luxemburgo, donde se celebró ayer un encuentro de los ministros del ramo de la UE. “Naturalmente es un momento difícil. Era de esperar un momento así, pero debemos recordar los enormes avances que ya hicimos”, dijo Hunt.
Ambos mostraron su optimismo antes de la cumbre de la UE que comienza mañana y que se considera clave para forjar un acuerdo, pese al fracaso del fin de semana de los jefes negociadores del “Brexit”, Dominica Raab por el Reino Unido y Michel Barnier por la UE.
Problemas y soluciones
Tras un encuentro el domingo, Barnier tuiteó que había cuestiones clave que seguían abiertas, en una aparente referencia a la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, uno de los temas más espinosos.
Londres y Bruselas deben encontrar una vía para evitar la vuelta a una “frontera dura” entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte (ver El obstáculo:...), ya que esta última abandonaría la UE junto con el Reino Unido.
May volvió a rechazar la propuesta de la UE de dejar a Irlanda del Norte sola dentro de la unión aduanera y del mercado único si fuera necesario para evitar esa “frontera dura”. En lugar de ello, aseguró que todo el país seguiría, en caso de necesidad, dentro de la unión aduanera, pero que sería sólo una solución provisional.
Las soluciones parecen difíciles en cualquier caso, no sólo por Bruselas, sino por el disenso al que se enfrenta May dentro de su propio gobierno. Los “tories” de línea dura se oponen a la posibilidad de que el país siga de modo indefinido en la unión aduanera, pero el norirlandés Partido Unionista Democrático (DUP), del que depende su mayoría parlamentaria, amenazó con rechazar cualquier acuerdo que haga distinciones entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.
Pese a la cercanía del acuerdo, todo parece indicar que no se alcanzará en la cumbre de esta semana, aunque se tenía la esperanza de que ya estuviera listo para que los jefes de Estado y de Gobierno pudieran convocar una reunión extraordinaria sobre el “Brexit” en noviembre.
El fracaso en llegar a un entendimiento tras 10 días de intensas negociaciones es “frustrante y decepcionante”, dijo el ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney. “Queremos ver un acuerdo que calme los nervios, que nos permita avanzar con un ‘Brexit’ gestionado”, dijo Coveney. .
El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, dijo ayer mientras tanto que el bloque se está preparando para cualquier escenario. “Mientras trabajamos para forjar un acuerdo, seguimos intensificando nuestro trabajo de contingencia”.
El Reino Unido debe abandonar la UE el 29 de marzo de 2019. Luego habrá un período de transición de 21 meses durante el cual el país seguirá vinculado a las normas de la UE para evitar el caos y el costo económico para las dos partes de una salida desordenada. Ello dará también tiempo para negociar el futuro de las relaciones comerciales entre las dos partes.
La situación se agrava con la crisis interna que parece perfilarse dentro del Gobierno británico. Miembros del Partido Conservador de May amenazaron incluso con exigir un voto de confianza sobre la jefa de Gobierno.
El principal problema que impide la firma por el acuerdo de salida entre Gran Bretaña y la Unión Europea (UE) es cómo asegurarse que no se cree una frontera dura entre la República de Irlanda (miembro de la UE) e Irlanda del Norte, que es parte del Reino Unido, una vez que ocurra el “Brexit”, el 29 de marzo de 2019.
La UE ha propuesto como solución una barrera, que mantendría a Irlanda del Norte dentro de una unión aduanera para evitar una frontera dura entre esta e Irlanda. Pero la primera ministra británica, Theresa May, sostiene que crearía “una frontera en el mar de Irlanda” y no lo acepta.
Gran Bretaña propone mantener a todo el Reino Unido en una unión aduanera con la UE, pero en forma temporaria. “Tengo que poder mirar al pueblo británico a la cara y decirle que esta barrera es una solución temporaria”, dijo May en el Parlamento.
La UE ha propuesto que Irlanda se mantenga en una unión aduanera con el bloque paras evitar esa frontera dura. Pero existen temores de que esa frontera reviva tensiones entre la comunidad católica norirlandesa y la comunidad protestante probritánica. Antes del acuerdo de paz de 1998, más de 3.700 personas murieron en 30 años de violencia entre los dos grupos y Gran Bretaña.
Londres dice que sólo aceptará ese plan si es temporario y si no separa a Irlanda del Norte del resto del Reino Unido en materia aduanera.