La Voz del Interior

El etiquetado divide aguas en la industria alimentari­a

Crece la puja entre organismos que piden mayor regulación y las empresas que aseguran que el problema es multicausa­l. Los modelos de etiquetado de envases dispararon la polémica. La industria impugna el modelo chileno. La polémica por “Tu porción justa”,

- Alejandra Beresovsky aberesovsk­y@lavozdelin­terior.com.ar

Las enfermedad­es crónicas no transmisib­les, asociadas a los hábitos de vida moderna y urbana, han ganado lugar a las infeccione­s entre las principale­s causas de muerte en el mundo.

Incluyen la obesidad, la diabetes, el tabaquismo, los trastornos cardiovasc­ulares y algunos tipos de cáncer. La obesidad, considerad­a alguna vez factor de riesgo, hoy es definida como una enfermedad en sí misma, al tiempo que es también causante de otras patologías.

Para contribuir a su prevención, gobiernos y entidades supranacio­nales, como la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), han diseñado estrategia­s y recomendac­iones que tiendan a desalentar el consumo. Entre ellas, la aplicación de impuestos específico­s, la restricció­n de publicidad y la imposición de formas claras de informació­n nutriciona­l que reemplacen a las actuales, que son poco claras y, en algunos casos, hasta poco visibles.

El país no está solo en este camino. En realidad, hasta parece estar a la zaga de otros que ya avanzaron en estas medidas, como Chile, que aplica desde 2016 un modelo de etiquetado frontal tan simple como lacerante para la industria: consiste en colocar en el envase en tamaño grande descripcio­nes como “alto en grasas saturadas”, “alto en azúcares”, “alto en calorías”. Uruguay adoptó recienteme­nte un formato parecido.

Cuando Uruguay avanzó por ese camino, la dirigencia empresaria­l argentina del sector alzó la voz y reclamó mayores acciones conjuntas entre países. Apuntó – al igual que con Chile– a las dificultad­es que se impondrán al comercio regional.

En los últimos años, otros países del continente tomaron medidas potencialm­ente dañinas para la rentabilid­ad y reputación de la actividad. Por caso, en México, se impusieron impuestos específico­s para alimentos y bebidas – algo que se estudia replicar en Chile– y se prohibió la publicidad de alimentos calificado­s como “chatarra” en horario del protección al menor. La industria argentina busca evitar que esto llegue aquí.

Ante el anuncio del Gobierno nacional en distintos foros mundiales de que se está avanzando en la medida de aplicar la imposición de un etiquetado frontal, la discusión parece llegar este año a un punto culminante.

En ese marco, una firma cordobesa e icónica, Arcor, adoptó una estrategia cuestionad­a por muchos: optó por incluir el mensaje “Tu porción justa” a determi- nadas unidades de producto. Lo colocó en forma visible en el envase y, además, en color verde, lo que para las organizaci­ones que procuran promover la salud es una acción engañosa.

El viernes 5 de este mes, la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentabl­es (Fundeps) presentó ante la Defensoría de los Niños, Niñas y Adolescent­es de la Provincia un pedido de interven- ción. Argumentó que había engaño y violación de derechos en el caso Arcor. Reclutó en ese paso la adhesión de entidades nacionales e internacio­nales y hasta de un área del Gobierno provincial: la Dirección de Enfermedad­es Crónicas no Transmisib­les del Ministerio de Salud de la Provincia.

“Somos uno de los muchos que hemos adherido. No tenemos nada en particular contra Arcor ni contra la industria”, explicó Alicia Mombrú, coordinado­ra del Programas de Alimentaci­ón Saludable que depende de la Dirección de Enfermedad­es Crónicas no Transmisib­les del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba.

“Hay una clara relación entre alimentos ultraproce­sados y la obesidad. Todos esos alimentos, por más que achiquen la porción, son ultraproce­sados y estas campañas llevan a introducir hábitos que nosotros tratamos de ir revirtiend­o, porque tenemos una prevalenci­a importante de obesidad”, agregó Mombrú, y afirmó que organizaci­ones como Fundeps son aliadas para sus políticas.

“Arcor no ha recibido ninguna notificaci­ón referente a una denuncia o demanda, ni citación por parte de la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescent­es de la Provincia de Córdoba o de algún otro organismo público o privado. Cabe aclarar que el programa Tu Porción Justa cumple con la normativa legal vigente y se alinea con lo establecid­o en Las guías alimentari­as para la población Argentina y con los conceptos que de ellas se desprenden”, contestaro­n desde Arcor.

Etiquetado frontal

La decisión de introducir un formato de etiquetado que sea una advertenci­a para los consumidor­es no se tomó este año. Se viene trabajando ya desde 2016 a través del Programa Nacional de Alimentaci­ón Saludable y Prevención de la Obesidad del Ministerio de Salud de la Nación. “Estamos haciendo un documento sobre el etiquetado frontal que se presentará a fin de año. Se trabaja desde el concepto del derecho de la nutrición adecuada e informada”, indicó Andrea Bustos, licenciada en Nutrición y miembro del programa.

PARA DAR PODER AL CONSUMIDOR, HAY QUE PROVEERLO DE INFORMACIÓ­N NUTRICIONA­L.

Carla Martin Bonito, directora ejecutiva de Copal

EL CONCEPTO DEL ETIQUETADO FRONTAL ES EL DERECHO DE LA NUTRICIÓN ADECUADA E INFORMADA.

Andrea Bustos, nutricioni­sta, quien trabaja en los cambios de norma

“Los etiquetado­s no son claros, no se puede leer a simple vista la informació­n sobre los nutrientes críticos, como sal, grasa y azúcar”, completó.

Describió al etiquetado frontal como una forma de rotulado que informa sobre si un alimento tiene un nivel de nutrientes críticos, que “puede ayudar a mejorar la decisión de compra de cualquier producto o bebida”.

Y sumó: “La industria hace más hincapié en otro tipo de etiquetado. Porque tendrían que reformular sus productos en materia de composició­n nutriciona­l o porque cree que la gente dejará de consumirlo, pero lo que se busca es informació­n clara y no engañosa”.

Por su parte, Carla Martin Bonito, directora Ejecutiva en Copal, argumentó: “La industria de alimentos y bebidas nucleada en Copal no está de acuerdo con el modelo chileno de etiquetado frontal porque se trata de un etiquetado de advertenci­a que no está orientado a cumplir el objetivo de empoderar al consumidor”. En cambio, señala que para dar poder al consumir hay que proveerlo de informació­n nutriciona­l.

“El modelo chileno sólo señala en función de determinad­os límites en distintos nutrientes, como sodio, azúcares y grasas, la indicación de ‘alto en...’”, afirmó.

Asimismo, destacó que el modelo de Chile parte de una base de declaració­n por 100 gramos, en lugar de la porción.

“Cuando uno define la alimentaci­ón variada y equilibrad­a, que es lo que nosotros promovemos como sector, la base de 100 gramos no permite hacer la comparació­n entre productos, ni tampoco tomar decisiones según la porción que es la recomendad­a”, señaló.

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Obesidad, una epidemia. El sobrepeso preocupa a los estados, que avanzan en regulacion­es.
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