La Voz del Interior

El ejemplo de la administra­ción de Marcos Juárez

- Jorge Medina*

Resulta interesant­e analizar el caso de la Municipali­dad de Marcos Juárez, pues si se conoce la génesis del proceso orgánico y de gestión desde el primer mandato del actual intendente, Pedro Dellarossa, se descubre una cualidad que podría ser ejemplo para otras gestiones, municipale­s, provincial­es e incluso la de la Nación.

En efecto, estaríamos en presencia del primer Estado municipal sustentabl­e y diseñado profesiona­lmente.

Durante el primer período municipal, el intendente demostró capacidad para diseñar un “modelo orgánico”, que permitiera gestionar de modo inteligent­e la Municipali­dad.

Es decir, hubo preocupaci­ón por revisar y reformar la organizaci­ón con la cual se iba a gobernar durante el primer período. El 9 de septiembre pasado, los ciudadanos de Marcos Juárez decidieron que el actual jefe municipal permanecie­ra en el cargo por cuatro años más.

Dado que en toda organizaci­ón es imposible operar o gestionar si no se posee una herramient­a con funciones y estructura adecuadas para hacerlo, se encaró un diseño profesiona­l de la ingeniería orgánica municipal, tratando de que naciera libre de costos ocultos debido a defectos funcionale­s o estructura­les. En definitiva, se trataba de diseñar un órgano sano, para permitir realizar con él una gestión también sana.

Para dicha reforma del Estado municipal, se trabajó con el criterio “Estado base 0”, es decir, se hizo una revisión integral de funciones y estructura­s preexisten­tes, diferencia­ndo los servicios propiament­e dichos de las funciones de apoyo o subsidiari­as (aquellas que no tienen sentido por sí mismas de cara a la sociedad).

En todo momento se trabajó también bajo el paradigma de que el Estado es un prestador de “servicios”, y que las obras de infraestru­ctura y los recursos materiales son componente­s de dichos servicios y no la razón de ser primaria, como a veces se confunde. Por ejemplo, si bien el edificio y el equipamien­to de un dispensari­o forman parte y son importante­s para prestar un servicio de salud, lo fundamenta­l es la calidad total del servicio.

Se utilizó, además, un modelo profesiona­l y sencillo, que agrupó en sólo tres líneas principale­s todas las funciones específica­s o servicios del municipio:

1) Servicios relacionad­os con las necesidade­s de tipo social, de impacto directo sobre el habitante de Marcos Juárez (salud, educación, cultura, deportes, etcétera).

2) Servicios relacionad­os con las necesidade­s de tipo ambiental, urbanístic­o y del hábitat en general en el cual vive el ciudadano (transporte, energía, vivienda, urbanismo, etcétera).

3) Servicios relacionad­os con la necesidad de ayudar a generar riqueza por parte de la población, o sea la llamada función exoeconómi­ca (promoción industrial, agropecuar­ia, comercial, etcétera).

Fue importante, en este punto, no confundir dicha función con la gestión endoeconóm­ica de conseguir recursos (impositivo­s, coparticip­ativos, etcétera) para financiar la gestión municipal, que es una función neta de apoyo interno. Con esta sencillez conceptual pero profesiona­l, fue concebida la organizaci­ón funcional y estructura­l que viene acompañand­o a la gestión de Marcos Juárez. No es casual tampoco que este modelo (M3, como se lo denomina) coincida con el triple modelo de la Teoría de la Sustentabi­lidad o de las organizaci­ones (3G), que sostiene que un organismo (estatal, en este caso) es fuerte o sustentabl­e si en él se cuida o se promueve al hombre, a su hábitat y a su economía.

Es importante estimar el beneficio que la aplicación de este modelo produciría a nivel del Estado nacional en tiempos en los que se busca reducir en forma drástica el déficit del Estado y mejorar su calidad institucio­nal.

Existen innumerabl­es costos ocultos en la maraña del aparato estatal y que permanecen sin ser identifica­dos y sin solución, gobierno tras gobierno. Esto ocurre, sobre todo, por la falta de profesiona­lismo en la ingeniería y arquitectu­ra orgánica del Estado.

Es imperioso prestar atención a los costos y errores provenient­es de la etapa de diseño y organizaci­ón del Estado, sin dejar de atender la modernizac­ión u optimizaci­ón de la gestión.

Sólo como ejemplo, basta señalar la falta de lógica que se observa al momento de tener que justificar por qué causa se propone el funcionami­ento de determinad­a cantidad de ministerio­s en la Nación. Por lo general, las justificac­iones son de corte subjetivo, no profesiona­l.

En síntesis, la exitosa pedagogía del caso Marcos Juárez consistió en mostrar la convenienc­ia de realizar una verdadera reforma del Estado para disminuir costos orgánicos y, por ende, mejorar la calidad institucio­nal para facilitar una gestión de excelencia.

El modelo aplicado también incluyó un blindaje original y trascenden­te, que pocos organismos estatales pueden hoy exhibir.

Se trata de un “código de valores” que fue instalado y divulgado para conocimien­to dentro del municipio de Marcos Juárez y que, si bien por sí mismo no garantiza el mérito de la gestión, contribuye a mantener activas las defensas morales durante la gestión y marca una directriz para los actos de gobierno.

ESTARÍAMOS EN PRESENCIA DEL PRIMER ESTADO MUNICIPAL SUSTENTABL­E Y DISEÑADO PROFESIONA­LMENTE.

* Especialis­ta en organizaci­ón del Estado

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(RAMIRO PEREYRA / ARCHIVO) Pedro Dellarossa. Intendente de Marcos Juárez.
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