En tres meses le robaron el auto dos veces: la segunda, en un corralón oficial
Otro caso que pone en debate el control de lo secuestrado. y termina enmarañado en un laberinto judicial que no comprende y del que no puede salir.
El costado más absurdo de esta historia se inicia cuando Buonfiglio creía que ya tenía todo listo para cobrar el seguro y comprarse otro vehículo. Asegura que por ese
2008 último modelo abonó entre
680 mil y 700 mil pesos.
Pero, antes de percibir el importe del seguro, el 18 de septiembre lo llamaron de la Unidad Judicial 14 y le informaron que su auto había sido recuperado en un procedimiento policial en Alta Gracia.
Por el operativo había un detenido y, presuntamente, existían dos prófugos.
Así comenzó a peregrinar por los Tribunales de Alta Gracia y de Córdoba. Primero, a pedido del seguro, en la ciudad del Tajamar le extendieron un certificado de que había recuperado su Peugeot.
Luego se fue al corralón policial, en Catamarca y España de esa villa serrana. Allí, a través del alambrado, pudo constatar que estaba su auto, con la chapa patente cambiada, pero indudablemente era el suyo. No lo dejaron entrar ni acercarse, por seguridad.
Luego, tratando de recuperarlo, comenzó un errático tramitar entre la Fiscalía de Distrito 3, Turno 6 de Córdoba (a cargo de Iván Rodríguez) y la del 1º Turno de Alta Gracia (Diego Fernández), sedes a las que iba y volvía y donde le decían que no podían entregarle el vehículo porque correspondía a la otra sede.
Iba a Córdoba y le decían que correspondía a Alta Gracia. Iba a Alta Gracia y le decían que el trámite era de Córdoba. Esto pasó varias veces, según señala en su relato, en el que da nombres con lujo de detalles.
Finalmente, el pasado viernes
12 de este mes recibió un llamado que parecía era el final de sus pesares. Le informaban que fuera a Alta Gracia para retirar su auto.
Pero, a veces, también el teléfono llama dos veces. Minutos después le avisaron que el auto había sido robado del corralón policial.
Policía imputado
Incrédulo con lo que estaba viviendo, casi como si fuera una burla, Buonfiglio se dirigió a Alta Gracia y, de modo informal, “alguien” le confirmó que el auto había sido robado.
Ante esto, recurrió a la asesoría del abogado Carlos Nayi, quien a mediados de la semana pasada se constituyó como querellante particular.
La causa fue tomada por el otro fiscal de Alta Gracia, Alejandro Peralta Ottonello, quien abrió dos sumarios, uno para investigar a un “NN” como autor del robo en el corralón, y el otro para imputar al sargento ayudante Roberto Daniel Ojeda. Se le reprocha el artículo 262 del Código Penal, que no contempla pena de prisión: “Será reprimido con multa del 20 al 60 por ciento del valor sustraído el funcionario público que, por imprudencia o negligencia o por inobservancia de los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que se efectuare por otra persona la sustracción de caudales o efectos” confiados a él.
Fuentes allegadas a la investigación aseguraron que se descubrió el faltante del Peugeot 2008 al producirse el cambio de guardia.
Ojeda era el guardia saliente y, al ingresar su reemplazo, dio cuenta de la sustracción a sus superiores.
Al cabo de todo este recorrido, Buonfiglio sostiene: “Me han estado verseando, me siento muy mal con esta situación”.
Cansado de tanto maltrato institucional, el arquitecto se quejó porque, además, desde la Fiscalía de Alta Gracia y la de Distrito 3, Turno 6 de Córdoba no le confirmaban que le habían robado su auto. “No podemos decirle, hay secreto de sumario”, asegura el damnificado que le respondían.
Nayi señaló que van a seguir hasta las últimas consecuencias “porque le roban el auto de un ámbito oficial”. También manifestó que buscarán agravar la imputación al policía.