Empresarios, con un proyecto de exportación que ya captó U$S 1 millón
crushing (molienda) es Santiago del Estero. “Una de las ventajas que tiene esta planta es que resiste con mayor fortaleza condiciones de estrés hídrico, entonces puede ser una buena alternativa para zonas como esta provincia o el norte de Córdoba”, explicó.
El objetivo de Castor Oil es comenzar a construir la fábrica en 2020 y llegar a producir entre 80 mil y 100 mil toneladas anuales, para lo cual necesitarán entre 160 mil y 200 mil toneladas de grano (al molerlo, aproximadamente, el 45 por ciento se convierte en aceite). Como en promedio una hectárea arroja dos toneladas, necesitarán conseguir productores que siembren unas 100 mil.
“En cinco años queremos llegar a eso. Es una rampa de crecimiento agresiva, pero al mismo tiempo somos conservadores”, aseguró Ríos.
Con el aceite de ricino se produce un plástico denominado poliamida. Es un polímero con alta resistencia, impermeabilidad y ultraliviano, que se utiliza para la fabricación de artículos deportivos de alta performance (como botines o esquíes), para la elaboración de nailon destinado a la industria petrolera, o para cosméticos, lubricantes y pinturas, entre otros productos.
El secreto del negocio es que está concentrado en pocas empresas químicas demandantes; la más importante, Arkema, de Francia, que es a la que proveería Castor Oil.
“Ellos están buscando sustituir su provisión, que viene fundamentalmente de la India, por algo más sustentable desde el punto de vista del proceso. Ya vinieron a auditar nuestro proyecto; de todos los que evaluó, es el único que aprobó hasta ahora a nivel mundial”, destacó Ríos.