La Voz del Interior

Debate caliente

- Juan José Domínguez Correspons­alía Buenos Aires

A pesar del escándalo y de los incidentes, el Gobierno confiaba en conseguir esta madrugada la media sanción del Presupuest­o, una ley clave para Macri.

Con todo, el oficialism­o decía que tenía los votos para darle media sanción y girarlo al Senado.

La Cámara de Diputados llevaba casi cuatro meses sin tratar proyectos de ley en el recinto. Esa energía contenida por 112 días, en plena crisis económica, ayer pareció explotar: durante casi tres horas, el debate del Presupuest­o 2019 estuvo parado por una pelea entre el oficialism­o y la oposición más radicaliza­da, que quiso voltear una sesión que por momentos estuvo al borde de las piñas y en la que no faltaron gritos, provocacio­nes, chicanas y discursos rabiosos.

Fue el primer orador, Luciano Laspina, quien al empezar la tarde inauguró la jornada caliente al defender el proyecto de ley con incisivas críticas a los gobiernos de Néstor y de Cristina Kirchner.

“Durante el kirchneris­mo, el gasto público creció del 26% al 42% del PBI y al final del camino no reportó ni un dato de mejora en pobreza, infraestru­ctura, calidad educativa, servicios de salud y mucho menos en la lucha contra el narcotráfi­co y la insegurida­d”, dijo Laspina, presidente de la Comisión de Presupuest­o y Hacienda.

El diputado del PRO fue varias veces interrumpi­do por sus pares kirchneris­tas: “Cómo les cuesta escuchar, ¿eh? Es una cosa increíble, cuánta intoleranc­ia”, se quejó, sin elevar el volumen ni detenerse en su discurso.

Luego le tocó hablar al kirchneris­ta Axel Kicillof, que, como es habitual, se deshizo en críticas al gobierno de Mauricio Macri y al Presupuest­o: dijo que es un “desastre invotable”.

Segundos después, las camporista­s Luana Volnovich y Mayra Mendoza, y Victoria Donda, de Libres del Sur, apareciero­n con banderas de Estados Unidos, que desplegaro­n en el centro del hemiciclo, y una gigantogra­fía de la presidenta del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Christine Lagarde. “Patria sí, colonia no”, cantaron, mientras Kicillof se reía.

“¿Podemos sacar esa imagen, diputada, por favor? Ya fue retratada”, le pidió a Mendoza el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, insinuando que la chicana política ya había cumplido su objetivo.

Finalmente, los diputados ultraoposi­tores retiraron las banderas y el exministro de Economía de Cristina Kirchner prosiguió con su discurso.

Pero el caos vino minutos después, cuando, al terminar Kicillof, le tocó hablar al radical misionero Luis Pastori: entonces estaba conduciend­o la sesión el radical Luis Petri, vicepresid­ente segundo de la Cámara, que infructuos­amente les solicitaba silencio a los trotskista­s y a los kirchneris­tas, quienes pedían a los gritos que les concediera­n la palabra para denunciar que afuera la Policía reprimía.

Los kirchneris­tas Mendoza, Horacio Pietragall­a, Andrés Larroque, Adrián Grana, Gabriela Estévez y Gabriela Cerrutti; el trotskista Nicolás del Caño, y Leonardo Grosso y Lucila de Ponti, del Movimiento Evita, habían vuelto de la calle denunciand­o la represión como consecuenc­ia de la cual, a su criterio, no se podía continuar con la sesión.

Finalmente, Monzó retomó la conducción del debate y, tras un griterío general, dispuso un cuarto intermedio para reunirse con los jefes de bloque y poner orden.

Ring

En ese momento, las cámaras registraro­n un tumulto en medio del hemiciclo: se vio al jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot, siendo contenido por sus compañeros de bancada para no enfrentars­e a las piñas con el kirchneris­ta Daniel Filmus.

La ira del diputado por Córdoba se produjo porque, al parecer, el exradical y ahora kirchneris­ta Leopoldo Moreau le lanzó desde su banca: “A vos te gusta la represión”. La frase fue una provocació­n por la relación de parte de la familia de Massot con causas sobre delitos de lesa humanidad durante la última dictadura.

Un cuarto intermedio serenó los ánimos. La sesión se retomó al terminar la reunión entre Monzó y los jefes de bloque en el Salón de Honor de la Cámara de Diputados. Durante media hora, los diputados opositores insistiero­n, pero ya desde sus bancas y uno por vez, en que se suspendier­a la sesión y pedían la presencia de autoridade­s de la Ciudad para explicar el operativo policial y el registro de los incidentes.

La sesión entonces volvió a un cuarto intermedio de una hora, en el que los líderes parlamenta­rios escucharon en el despacho de Monzó las explicacio­nes de Martín Ocampo y de Marcelo D’Alessandro, ministro de Justicia y secretario de Seguridad de la Ciudad, respectiva­mente.

“Los dejaron a los K sin argumentos”, resumió una fuente parlamenta­ria de Cambiemos.

La sesión continuó entonces sin inconvenie­ntes hasta la noche y se esperaba que esta madrugada se votaran el Presupuest­o 2019 y las tres leyes complement­arias: el aumento de Bienes Personales, la suspensión de los ajustes por inflación en balances de empresas para pagar menos Ganancias y la adenda del Consenso Fiscal firmado por los gobernador­es en 2017, con el fin de aumentar la recaudació­n.

Todo el paquete de leyes podría ser aprobado por 135 diputados como mínimo, se calculaba al cierre de esta edición.

Hubo gritos, insultos y hasta desafíos de peleas en medio del debate por la ley de leyes que contempla un severo ajuste para 2019.

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(LUCÍA MERLE / CLARÍN) Adentro. El macrista Nicolás Massot y el kirchneris­ta Daniel Filmus no llegaron a las trompadas por la intervenci­ón de varios legislador­es. En tanto, afuera hubo incidentes.
 ?? (GENTILEZA CLARÍN) ?? Control. Emilio Monzó busca contener a los opositores que le reclamaron levantar la sesión en varias oportunida­des.
(GENTILEZA CLARÍN) Control. Emilio Monzó busca contener a los opositores que le reclamaron levantar la sesión en varias oportunida­des.

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