No hay subsidios gratis
Los dirigentes políticos y sectoriales no plantearon con claridad el tema de los subsidios al transporte público de pasajeros, cuya aplicación tiene un impacto directo en el valor del boleto.
La cuestión se trató de forma desordenada y bajo amenazas, a través de las cuales cada sector intenta hacer prevalecer su postura.
La administración de Mauricio Macri comenzó por anunciar que se eliminarán los subsidios al transporte público desde el año próximo, como uno de los objetivos para alcanzar un déficit fiscal cero en el Presupuesto 2019.
Sin embargo, el cálculo de gastos y recursos incluyó partidas por unos 21 mil millones de pesos para subsidiar el costo del boleto y el consumo de gasoil en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Con razón, provincias y municipios reaccionaron ante lo que consideraban un trato discriminatorio.
Entonces comenzó una pulseada que concluyó con un nuevo impuesto a los sectores productivos y una mayor carga fiscal para el resto de los contribuyentes.
Los inmuebles rurales deberán tributar a partir de 2019 el Impuesto a los Bienes Personales, del cual estaban exentos. El tributo podrá ser tomado a cuenta del Impuesto a las Ganancias.
El resto de las personas físicas y jurídicas tendrán que pagar el tributo con un aumento en las alícuotas a partir de bienes superiores a los dos millones de pesos, incluidos los declarados en el blanqueo de 2017, que estaban exceptuados.
Los propietarios rurales, quienes accedieron al blanqueo y amplios sectores de clase media, en definitiva, serán los que aportarán los fondos para mantener los subsidios al transporte.
Más allá de la posibilidad de que la ciudad de Córdoba y los principales municipios del interior se vean beneficiados con una distribución de recursos por unos 3.250 millones de pesos, el dinero saldrá de los bolsillos de miles de comprovincianos que deberán afrontar esta nueva carga en un contexto recesivo y de caída de ingresos.
Esta es la discusión que los principales dirigentes políticos y sectoriales no expusieron con claridad ante la sociedad. No hay subsidios gratis; estos se originan en una mayor presión tributaria.
Un déficit de la gestión Macri es no haber logrado hacer comprensible el hecho de que cada gasto del Estado debe contar con los recursos necesarios, que se originan, por lo general, en un acto impositivo.
Los precios de los boletos se ajustarán en 2019 sólo por la suba de costos, según se anunció, pero de un modo indirecto será toda la sociedad la que estará aportando para sostener esos valores. Esta es la cuestión estructural que se omitió debatir.