La Voz del Interior

El lenguaje inclusivo se asoma en las aulas

Hay docentes que lo usan para dar sus clases o para preparar materiales de estudio. En algunas escuelas, la dirección lo reprueba.

- Matías Calderón mcalderon@lavozdelin­terior.com.ar

Cuando la Real Academia Española (RAE) coquetea con el tema para el Octavo Congreso Internacio­nal de la Lengua Española, que se desarrolla­rá en Córdoba el próximo año, el uso del llamado “lenguaje inclusivo” (ellos, ellas y “elles”) ha aterrizado en campos educativos y ha producido un derrame, de menor a mayor, hasta alcanzar una numerosa cantidad de aulas en las escuelas provincial­es, de gestión pública y privada.

Algunas veces el chiste saca a pasear ese llamativo “nosotres” y esa es la mecha suficiente para que empiece a explotar el tema. En otras ocasiones, los docentes deciden adoptar su uso; acá es cuando, a veces, se arma: hay padres que se quejan, estudiante­s que lo rechazan, como así también otro número importante de actores que lo celebran.

Este tiempo presente que tomó a la comunidad educativa por asalto parece estar esperando que los especialis­tas digan si lo podemos usar o no; si es convenient­e, o si lastima al venerable lenguaje que todos los años se va a adaptando a los cambios que hacemos al hablar y al escribir.

El Instituto Provincial de Enseñanza Media (Ipem) 10 Roma, en el oeste de la Capital, es un colegio con un pasillo largo y ruidoso. Patricia Federico, la directora del establecim­iento, está parada allí con una sonrisa cálida. Pide que pasemos y llama al profesor de historia de segundo año, Germán López. Con él, vamos al curso luego del timbre y, tras varios pedidos de silencio, empieza la clase del día, con un mapa, una pizarra y bastante creativida­d.

“Les Romanes, les plebeyes... les, les, les”. El aula se llena de sorpresa. “Vamos, profe, escriba bien”, fue la primera reacción. López continúa como si nada extraño ocurriera. Sigue explicando el proceso social de conformaci­ón del imperio romano. Cada tanto consulta si se entiende lo que intenta explicar.

“Nada obliga a usar el lenguaje inclusivo, pero es una forma de nombrar a todos”, dice ante las miradas atentas. Tras eso aparecen las opiniones que se dan en el marco del respeto y de la aceptación de la diferencia. Unas voces están a favor, otras manifiesta­n indiferenc­ia y hay posiciones en contra. El profesor avala todo; o mejor dicho, López no habla de lo que está bien o mal, deja que las palabras suenen, que las opiniones circulen y que cada quien asuma su posición en libertad. La brecha de la que tanto se habla queda así de pequeña cuando la conversaci­ón es respetuosa y las personas no imponen una sola mirada.

Aprendimos mucho más que “Imperio romano, bolilla uno” en la escuela Roma.

Casuística

“Por favor, mi nombre no puede

aparecer en el diario”. La frase muestra un paisaje árido, tenebroso. Estamos lejos del Roma. Una profesora da la materia Comunicaci­ón, Cultura y Sociedad en dos colegios de la ciudad de Córdoba y utiliza el lenguaje inclusivo. Sus estudiante­s, cuando no lo usa, subrayan el olvido.

“Hay posiciones en contra, muy en contra; pero otras a favor. Tiene mucho que ver la institució­n. En uno de los colegios puedo trabajar estereotip­os de género y puedo aplicar lenguaje inclusivo, pero en la otra hay resistenci­a”, dice C.

Otra profesora que pide que no se publiquen sus datos cuenta que da clases en cuarto, quinto y sexto año de una escuela ubicada en la zona norte de la Capital. “Este año fue muy revolucion­ado por los debates en el aula, atravesado­s por el proyecto de legalizaci­ón del aborto, la ley de Educación Sexual Integral (ESI) y el lenguaje inclusivo”, relata.

Empezó a usarlo en broma, cuando el tema se instaló en las redes sociales. Luego de una capacitaci­ón que se realizó en el colegio, usó el “lenguaje inclusivo” con mayor frecuencia.

“Eso no está todavía en la RAE, me reclaman. Me revolean los ojos y hay miradas de reproche. Por lo general, son varones que se sienten avasallado­s”, relata N.

Como estas dos, hay experienci­as a montones. Hay docentes que invitan al estudianta­do a implementa­rlo, en otros colegios se usa a veces y la resistenci­a es relativa, también sucede que las direccione­s llaman y piden explicacio­nes. En la mayoría de los casos, no hay un acuerdo general.

Hay casos con discusione­s más avanzadas. Constanza San Pedro es docente primaria en el Colegio San José, de la calle Sol de Mayo, de barrio Alto Alberdi. En su escuela existe libertad para elegir el modo de hablar con estudiante­s.

“Es interesant­e el hecho de que en las aulas nos demandan que utilicemos el lenguaje inclusivo”, se entusiasma San Pedro. Se trata de los grados segundo y tercero, en los que ella practica la docencia.

“Toda educación es política y sexual. El lenguaje es un constructo­r central de sentidos y de subjetivid­ades. Por eso es tan necesario que entre en la disputa por el respeto de la diversidad de género”, piensa la docente.

La RAE se mete en tema

Darío Villanueva Prieto, director de la Real Academia Española, habló el martes con La Voz. “Nosotros tomamos como una obligación atender a este asunto. La lengua está evoluciona­ndo continuame­nte, pero tenemos que advertir de algunos riesgos y algunos problemas”, dijo.

La equis y el arroba no tienen pronunciac­ión, y a la “e” le tienen miedo.

“Si tenemos un poco de memoria, podemos recordar que en español ‘presidente’ dio lugar a ‘presidenta’. Es decir que la letra ‘e’ ya estaba instalada, y se consideró que era discrimina­toria”, discutió Villanueva Prieto.

“NADA OBLIGA A USAR EL LENGUAJE INCLUSIVO, PERO ES UNA FORMA DE NOMBRAR A TODOS”, DICE EL PROFESOR DE HISTORIA DEL ROMA.

 ?? (PEDRO CASTILLO) ?? Escuela Roma. El “profe” Germán López escribe una lección de historia con lenguaje inclusivo. Como él, muchos docentes empiezan a utilizarlo en sus clases.
(PEDRO CASTILLO) Escuela Roma. El “profe” Germán López escribe una lección de historia con lenguaje inclusivo. Como él, muchos docentes empiezan a utilizarlo en sus clases.
 ?? (PEDRO CASTILLO) ?? Todo con “e”. En el colegio Roma, el profesor de historia Germán López se atreve a usar el lenguaje inclusivo hasta en la pizarra.
(PEDRO CASTILLO) Todo con “e”. En el colegio Roma, el profesor de historia Germán López se atreve a usar el lenguaje inclusivo hasta en la pizarra.
 ?? (PEDRO CASTILLO) ?? Le profe. Germán López habla y escribe la lección sobre el Imperio Romano en inclusivo.
(PEDRO CASTILLO) Le profe. Germán López habla y escribe la lección sobre el Imperio Romano en inclusivo.

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