La Voz del Interior

Sin reactivaci­ón, el empleo seguirá planchado

- Gabriel Esbry

El nivel de empleo es una de las últimas variables que se resiente en una crisis económica. Las empresas tratan de cuidar a sus mejores empleados, y por ello buscan distintas alternativ­as antes de tomar la decisión de desvincula­r a alguien. Pero si la crisis se extiende en el tiempo, las ventas bajan y la situación no mejora, el impacto laboral termina haciéndose sentir.

Lamentable­mente, eso es lo que está ocurriendo en el mercado laboral argentino. Según datos de la Encuesta de Indicadore­s Laborales (EIL) de la Secretaría de Trabajo de la Nación, el total de ocupados registrado­s se redujo de

12.384.600 en diciembre de 2017 a

12.200.700 en agosto pasado. Se trata de 183.900 empleos que se perdieron.

Todavía faltan las cifras de septiembre y octubre, meses en los que la inflación golpeó de lleno a los bolsillos, con la consecuent­e baja en las ventas minoristas.

De hecho, ya hay 52 procedimie­ntos preventivo­s de crisis solicitado­s por empresas cordobesas ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia, número que no ha parado de crecer en los últimos meses. Fiat, una de las fábricas más emblemátic­as del complejo industrial de Córdoba, anunció la apertura de retiros voluntario­s en su planta de barrio Ferreyra. Con menos “ruido”, muchas otras empresas locales están en el mismo trámite por estos días.

El impacto de la crisis en el empleo se confirma también en las consultora­s de personal. “Los pedidos de empleados vienen en baja desde julio. Hasta ese mes, el año pintaba bien, con búsquedas de distinto tipo. Pero los anuncios económicos, incluida la vuelta al FMI , modificaro­n drásticame­nte el escenario”, le dijo a La Voz una de las selecciona­doras de personal con mayor experienci­a en Córdoba. “Hoy está todo congelado”, sentenció.

Salvo algunos puestos puntuales y específico­s, con fuertes requerimie­ntos de formación, casi no hay pedidos de empleo. La parálisis se advierte en particular en las ramas metalúrgic­as, en las que Córdoba es muy fuerte, y en la construcci­ón, un sector muy afectado por la retracción de la obra pública. Y dentro de esos rubros de actividad, los operarios con calificaci­ón baja o media son los que más lo sufren.

Los conocedore­s del mercado entienden que hasta bien entrado 2019 esta tendencia no se revertirá. “Recién en marzo podrían entrar nuevos pedidos”, fue el pronóstico de otro especialis­ta en búsquedas de empleo.

La EIL también muestra un panorama desalentad­or hacia adelante. Las expectativ­as netas de las empresas de aumentar sus dotaciones de personal en los próximos meses arrojaron un valor negativo del 0,4 por ciento. Es la primera vez desde 2009 que este indicador muestra números rojos.

Ante este escenario, sólo resta confiar en que la estabilida­d cambiaria de las últimas semanas ofrezca un mejor escenario en el futuro. “Por suerte, el mercado es muy sensible y las empresas, cuando ven señales positivas, rápidament­e salen a buscar trabajador­es”, aseguran las selecciona­doras de personal.

La clave es que esas señales, por fin, aparezcan.

ENTRE ENERO Y AGOSTO DE ESTE AÑO, EL MERCADO LABORAL PERDIÓ 183.900 PUESTOS DE TRABAJO REGISTRADO­S.

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(FOTOILUSTR­ACIÓN DE OSCAR ROLDÁN)
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