La Voz del Interior

Mapa dispar en las salas de Córdoba

Hay más de 400 espacios culturales en la provincia. En el interior, el Estado es clave para producir; en Capital es al revés.

- Noelia Maldonado y Tomás Vázquez

En sus 26 departamen­tos, Córdoba tiene más de 400 salas abiertas para la cultura; un cuarto de ellas, en el interior. Se trata de salones, clubes transforma­dos en espacios de baile, bellos teatros con historias desconocid­as y cines que vieron pasar grandes clásicos del séptimo arte. Según datos relevados por la Agencia Córdoba Cultura, sólo un 20 por ciento de los espacios escénicos del interior pertenecen a inversores privados. El resto se divide entre sociedades de fomento,

fundacione­s (otro 20 por ciento) y espacios estatales (un 60 por ciento del total, entre municipios y Provincia).

Las cifras pertenecen a un estudio realizado desde el 2012 hasta el 2015 en el interior. Y si bien los datos no representa­n todas las salas existentes, las estadístic­as que se desprenden del informe sirven como una fotografía del estado de la cuestión a lo largo y a lo ancho de la provincia.

“La idea es elaborar un mapa de la infraestru­ctura escénica de Córdoba que sea una herramient­a para el diseño y el funcionami­ento de circuitos y de redes de las artes escénicas. Es un modo de impulsar la circulació­n y el intercambi­o de informació­n de los hacedores culturales”, explican desde la Provincia.

Cuesta arriba

Con la crisis del último año, el margen para producir eventos se achicó exponencia­lmente y la producción y la distribuci­ón de los espectácul­os culturales quedan hoy más que nunca en manos del Estado y de las organizaci­ones que deben mantener los espacios y motorizarl­os.

Del informe –que tomó espacios escénicos en 78 ciudades y localidade­s de 22 departamen­tos provincial­es– se desprende que la existencia de salas fuera de la Capital es proporcion­al al desarrollo económico y sociocultu­ral de cada región.

José Luis Serrano, conocido como el alter ego de Doña Jovita, gestiona dos espacios culturales en el interior. Uno es el teatro El Candil, de Mina Clavero; y el otro es el espacio independie­nte María Lolo, de Villa Dolores.

Sobre las dificultad­es de llevar adelante inversione­s en el interior, Serrano es muy claro y asegura que la crisis no sólo es económica: “Estamos interpelad­os por estímulos y entretenim­ientos muy intensos desde internet, y perdemos identidad porque navegar lleva tiempo y energía. La distracció­n nos aleja de los rasgos culturales que nos determinan y perdemos la mirada sobre nuestros asuntos”.

Sobre los costos económicos de la producción de shows culturales, Serrano asegura que “es difícil recuperar la inversión”, puesto que hay “altos costos en la difusión de los eventos, a pesar de la excelente predisposi­ción de los medios locales”.

La relación hace que si bien los privados pueden producir, resulta también difícil mantener los espacios físicos. Allí es cuando el Estado toma un rol determinan­te en el interior.

Analía Pasero, del área de Cultura de la Municipali­dad de Etruria –al sur de la provincia–, explica que en su caso son los productore­s privados los que contactan al municipio para usar el Cine Teatro Municipal –reinaugura­do en 2014–, que tiene capacidad para 360 espectador­es.

El municipio cobra un pequeño monto que se destina a la limpieza y a los arreglos del lugar, y todas las localidade­s de la zona se benefician de aquellas obras que pasan por el corredor que incluye a Villa María, a La Carlota y a Río Cuarto.

“Nuestro beneficio es que el espacio se use y que los vecinos no tengan que viajar a las ciudades para poder asistir a una obra de teatro. Este año, lamentable­mente, sólo hubo una obra”, aclara Pasero.

En ese sentido, el productor teatral Pablo Sittoni es más optimista. Si bien asegura que la situación en el teatro que sale de gira “está difícil porque los costos de traslados, hotelería y comida se han incrementa­do desproporc­ionadament­e”, ellos siguen trabajando bien en el interior.

“En algunos casos, lo hacemos con direccione­s de cultura de los municipios, como Vicuña Mackenna o General Cabrera, y en otros nos asociamos con algunos privados, con cooperativ­as u organizaci­ones locales”.

Según Sittoni, para que el show tenga éxito en el interior, se combinan diferentes variables: “Se junta el interés hacia el espectácul­o que uno lleva con la plata que dispone el público. Y en tiempos de crisis los espectador­es no van a ver cualquier cosa”.

El ritmo del interior

De un relevamien­to realizado por La Voz, se puede concluir que la mayor parte de los espectácul­os que se realizan en el interior, o al menos aquellos que cuentan con mayor frecuencia y convocator­ia, son los que están vinculados con los bailes de cuarteto. Sin contar, claro, la gran cantidad de festivales que durante el verano convocan a miles de turistas y de locales en los distintos puntos de la provincia.

Para acoger la movida popular del cuarteto, se disponen clubes, boliches y salones de todo tipo, por ejemplo, el salón de Bomberos Voluntario­s de San Francisco ofrece el espacio para estos eventos. En las ciudades más grandes del interior provincial, hay entre uno y cuatro espectácul­os de este tipo por mes.

El empresario José Palazzo habla sobre las dificultad­es para producir eventos por fuera del cuarteto y asegura que, hoy en día, en Córdoba “es muy difícil mantener un espacio cultural” sin ayuda del Estado, y hacerlo se transforma “en algo netamente vocacional”.

“He hecho eventos en todo el país y lo conozco como la palma de mi mano. Hay muy pocos productore­s que se mantienen en el tiempo, porque es un negocio difícil e ingrato. A veces te va mal y otras, bien. Sin la ayuda y el fomento oficial, la producción se limita a lo comercial”.

“En el caso particular de Córdoba, la industria cultural no sólo ayuda al desarrollo de la cultura, sino también al turismo”, dice Palazzo. Y eso bien lo saben las localidade­s que se llenan de eventos sólo en verano o los fines de semana largos.

“Entiendo que el Estado no puede hacerse cargo porque no tiene presupuest­o y tiene otras prioridade­s, pero deben entender que esta industria no tiene margen para pagar impuestos ridículos”.

Por otro lado, dentro de las localidade­s más grandes, los cines son los únicos espacios culturales en los que los inversores privados llevan la delantera de la mano de centros comerciale­s donde se establecen las salas. Esta relación es inversamen­te proporcion­al cuando se trata de galerías de arte o de museos para exposición de obras plásticas que, a excepción de dos espacios en Río Cuarto, son casi todas gestionada­s por las municipali­dades.

POCOS PRODUCTORE­S SE MANTIENEN EN EL TIEMPO, ESTE ES UN NEGOCIO DIFÍCIL E INGRATO.

José Palazzo, productor

NOS ALEJAMOS DE LOS RASGOS CULTURALES QUE NOS DETERMINAN Y PERDEMOS LA MIRADA DE NUESTROS ASUNTOS. José Luis Serrano, actor y productor

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(FOTO FACEBOOK) Al rescate. Gracias al Gobierno y a los habitantes de Huinca Renancó, se recuperó el Cervantes, una de las salas más antiguas de Córdoba.
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(LA VOZ) El regreso del Edén. Este verano, el tradiciona­l hotel de La Falda contará con una sala de teatro. En pocos días anunciarán la programaci­ón.
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