Detenida en la Esma, conoció los detalles de la muerte de su hijo
Entre las cinco mil personas que permanecieron secuestradas en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), Sara Solarz pudo encontrar a uno que presenció el crimen de su hijo José Osatinsky.
Ese testigo era el cordobés Néstor Morandini, hermano de la exsenadora y periodista Norma Morandini, quien se enteró de estos detalles a través de La Voz. Néstor y el riocuartense Carlos Guillermo Berti lograron escapar de la balacera del Comando Radioeléctrico de la Policía de Córdoba en barrio Güemes.
El centro clandestino de detención de la Esma funcionaba sólo en uno de los inmuebles de un predio de 17 hectáreas en Buenos Aires. Los secuestrados estaban en los altillos del tercero y cuarto nivel, por encima de las oficinas y de un salón de baile que se usó hasta para un cumpleaños de 15 de la hija del jefe militar.
Cuando uno recorre esas instalaciones, escucha que a los altillos se les llamaba “capucha” y “capuchita”, porque a los secuestrados les tapaban las cabezas con esos elementos.
Ese es el contexto en el que Solarz escuchó de Néstor Morandini lo que había ocurrido con su hijo. Como parte de la tortura, ella sólo sabía, a partir de lo que le había dicho el represor Héctor Vergez, que su hijo había sido abatido. Pero en la Esma, “Lanita” Morandini le contó lo de la explosión accidental en la casa de barrio Güemes.
En la causa judicial se lee que Néstor le dijo que “mientras intentaban huir de la morada, José cae de la terraza a un patio interno y allí un policía le dispara y lo mata...”. De la otra víctima, José María Villegas, no hay detalles.
Ha pasado el tiempo –42 años– y lo ocurrido es un rompecabezas que todavía no se ha completado para los distintos protagonistas. Norma Morandini sabía que su hermano se había salvado aquella vez (luego terminaría siendo asesinado, junto a su hermana Cristina, en un “vuelo de la muerte”).
“Ahora que hablo por teléfono estoy viendo la foto de mis hermanos. Alguien me contó, no sé quién, que Néstor se había escapado aquella vez. Pero nadie me dijo que cuando estuvo en la Esma habló con Sara Solarz”, dice.
“Una tiene que hacer una reconstrucción personal, muy lenta. Las personas hablan en la medida que pueden. El vínculo con la memoria es muy personal”, dice.
Solarz también tiene un rompecabezas sin reconstruir del todo. En 1984, aseguró ante la Justicia que le habían sugerido que la exhumación de una fosa común del cementerio San Vicente con topadoras había terminado destrozando los restos de su hijo José, y que llegó a encontrarse un cadáver NN con un número compatible con el del registro de la morgue.
No hay certezas. Según explicaron a LaVoz desde el Equipo Argentino de Antropología Forense, es una hipótesis plausible que los restos se hayan ubicado en esa fosa común, pero la impericia de aquel operativo no dejó material para investigarlo. BUENOS AIRES. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, insistió ayer en sus declaraciones respecto de que si alguien “quiere estar armado puede hacerlo”, al remarcar que la portación de armas en el país “está regulada, no prohibida”.
“Ahora, si eso se quiere cambiar, lo cambiamos”, añadió en diálogo con radio Mitre, donde puntualizó que, igualmente, como funcionaria del área, no recomienda armarse.
De esta manera, explicó sus comentarios en una entrevista que realizó en la madrugada del jueves pasado en Río Cuarto, al medio Puntal AM, a la salida de una cena con miembros del gabinete nacional, en el marco de la visita presidencial a esa localidad.
“Frente a la pregunta de una periodista respecto de si las personas andan armadas y si eso significa que toman la justicia por mano propia, yo respondo que en la Argentina hay una reglamentación y un organismo, que es la Agencia de Materiales Controlados –ex-Renar– , donde las personas pueden ir y hay dos categorías, la tenencia y la portación de armas”, acotó.
Pero luego de las críticas que recibió por su declaración, ahora la funcionaria macrista, aclaró: “Ahora yo, como ministra de Seguridad, recomiendo que las personas no estén armadas”.
Bullrich remarcó que “en la Argentina la portación de armas no está prohibida, está regulada”, y señaló que sus declaraciones en Córdoba “no habilitan” esto, sino que la regulación y la ley ya existen.
“Ahora, si quieren cambiar eso, lo cambiamos”, desafió Bullrich y añadió: “Si quieren prohibir, lo prohibimos”.
En ese marco, insistió en que no lo recomienda porque, además, “en materia de seguridad se está trabajando como nunca, y todo el mundo lo sabe”.
Por su parte, el viceministro del Interior, Sebastián García De Luca, trató de aclarar la posición del Gobierno nacional.
“Las declaraciones de la ministra no quieren decir que el Estado cree en la Justicia por mano propia. Existe un organismo encargado de los permisos para portar armas, con pruebas exigentes”, añadió el funcionario.
Críticas
Como era previsible, las polémicas declaraciones de la ministra de Seguridad de la Nación generaron reacción en la oposición.
SARA SOLARZ, LA MADRE DE JOSÉ OSATINSKY, SUPO CÓMO HABÍA MUERTO SU HIJO POR NÉSTOR MORANDINI. ÉL LUEGO DESAPARECIÓ.
NORMA MORANDINI, HERMANA DE NÉSTOR, SE ENTERÓ RECIÉN AHORA DE QUE ÉL HABÍA HABLADO CON SARA SOLARZ EN LA ESMA.