La tragedia del “Negro”
Ricardo Mattos murió haciendo lo que le apasionaba. A media tarde cayó en la cancha ante la mirada de su hijo Abel (16) y de su hermano Rubén. La desesperación de ellos y de sus compañeros del equipo “Industrial B” no alcanzó para salvarlo.
La Policía no dejó que se lo transportara en un auto particular. La ambulancia llegó a los 30 minutos y ya en el hospital de Mina Clavero se les informó que un infarto masivo había terminado con su vida.
Hacía 20 días que le habían diagnosticado Mal de Chagas, y pensaba empezar su tratamiento después de la operación de Augusto, el menor de sus cuatro hijos (cirugía que fue esta semana). Pero la vida no le dio tiempo.
“Hay muchas cosas que deben cambiar, esto no puede ser” dice Teresita Castro, su esposa.
Ricardo era empleado municipal de Nono, y durante la semana no entrenaba, a pesar de que “se movía” en su trabajo.
Teresita gana 3.500 pesos trabajando en un comercio, suma que sólo le alcanza para el alquiler. Los compañeros de equipo, y el municipio, le han prometido ayuda. “Tuti” Castro, su hermano, también es jugador.
“Todos debemos cambiar, los jugadores, los clubes, la Liga; esto no debe volver a suceder”.
En la misma Liga, en 2017, murió jugando Juan Guzmán. En 2013, Jorge Albornoz, falleció en similares condiciones.
La puja por el costo
A pedido de Córdoba Deportes, “se le propuso un buen precio” por Emmac a la Liga de San Alberto, pero no hubo acuerdo. El médico Víctor Cervera recuerda que los efectores deben capacitarse permanentemente, y opina: “El jugador que pueda debería pagar su propio Emmac, la prevención no tiene precio”. La recomendación para los deportistas veteranos es que la Emmac sea anual. Como incluye estudios, el costo puede ir de mil a 1.200 pesos. Las ligas dicen que no lo pueden afrontar.