La Voz del Interior

Algunos dicen que la basura es “sexy”

- Lucas Viano Ciencia aplicada lviano@lavozdelin­terior.com.ar

Todos los años, en alguna feria de ciencia escolar y en el más prestigios­o concurso de innovación, se presentan proyectos para utilizar las botellas plásticas u otros residuos como recursos para hacer ladrillos, lámparas, muebles, y hasta una casa.

Niños de 3 años con el pintorcito y emprendedo­res de traje saben que la basura ya no es basura: es un recurso. Usted lo sabe. Sin embargo, todos los días, cuando saca la bolsa con sus residuos a la calle, decide perder plata.

En realidad, la que decidió perder millones de pesos en los últimos años es la Municipali­dad de Córdoba. En la Capital, sólo se recicla el 0,5 por ciento de los residuos sólidos urbanos. En Alemania, es el 62 por ciento. El resto se incinera para generar energía. No entierran basura.

Cada vecino podría tomar la decisión de reciclar casi todos sus desechos, pero debería esmerarse mucho. Dedicarle tiempo a la compostera que transforma los residuos orgánicos en tierra fértil. Y tener mucho espacio para apilar botellas de plástico, cartón y otros residuos secos reciclable­s hasta encontrar a alguien a quien donarle/venderle/pagarle para que se encargue de reinsertar­los en la cadena productiva global.

¿Por qué cada cordobés debe tomar semejante decisión si con sus impuestos ya paga para que el municipio se encargue de sus residuos? La respuesta es más que clara: cuidar el ambiente, desde el barrio hasta todo el planeta.

Hasta tal punto ha llegado la contaminac­ión que un estudio reciente detectó la presencia de plástico en la materia fecal de habitantes de Reino Unido, de Italia, de Rusia o de Japón.

El análisis encontró partículas de PVC con el que se hizo la cañería de su casa; del polipropil­eno de alguno de sus tuppers y del PET de las botellas de gaseosas, entre otros tipos de plástico.

La razón es que estos plásticos se transforma­n en micropartí­culas, las cuales ingresan en la cadena alimentici­a. Y nosotros somos el eslabón más voraz.

El plástico es sólo uno de los residuos que pueden reciclar. También tiramos papel, cartón, metales y vidrio. Todos dañan el ambiente y todos son reciclable­s.

Científico­s, inventores, tecnólogos, emprendedo­res y alumnos que participan en las ferias escolares ya crearon diferentes soluciones. Aunque muy ingeniosas y muy acordes a la moral ambiental en la que vivimos, la mayoría de estos desarrollo­s parece que no son sexies.

Eso es lo que piensa Arthur Huang, arquitecto y celebridad de la economía circular. Para Huang, los consumidor­es no van a comprar un producto porque una alarma ética resuene en su cabeza, sino porque realmente les gusta y desean tenerlo.

Quizá sea el momento de pensar que la basura puede ser sexy, pero la realidad cordobesa está muy alejada de esa perspectiv­a. Los residuos persisten en las calles porque el servicio de recolecció­n está rengo y porque los vecinos somos unos obstinados y seguimos sacando las bolsas todos los días. La basura nos genera repugnanci­a.

Pero, en realidad, queremos sacarnos el problema de encima, cuando en cada bolsa de residuos hay soluciones para otros dramas nacionales: energía (podríamos hacer biogás con la basura), trabajo (la industria de la basura demanda mano de obra) y recursos escasos (desde papel hasta oro). Mientras los cordobeses seguimos perdiendo plata, otros se dejan seducir por la basura.

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(ESQUIRE.COM) Arthur Huang. Una celebridad de la economía circular.
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