Uno de los edificios con mayor valor patrimonial e histórico de la ciudad
Los sucesivos pedidos para que se conserven los pabellones – incluida la intervención de la Justicia federal para frenar las demoliciones– hicieron que se cambiara el proyecto original y que se revelara la importancia histórica de este punto para la ciudad. Un informe del Consejo Asesor de Patrimonio de la Ciudad, integrado por la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Católica, la Facultad de Ciencias Exactas, la Facultad de Filosofía, el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros Civiles, la Junta Provincial de Historia y Planeamiento Urbano municipal, emitido en 2015, tras dos visitas al penal, concluyó en que no debía demolerse sino que la Provincia estaba “obligada a preservar este sitio como una pieza de alto valor patrimonial”.
Aunque el informe sí consideró como positivas las intervenciones sobre sus parques y la restauración del lugar.
Entre los puntos por conservar, los especialistas remarcaron la preservación de la capilla, de forma octogonal y en la que el cura Brochero dio misas a las presos y trabajó sobre “ejercicios espirituales” desde 1898 hasta 1901.
También se destacó que se trata de un elemento de referencia para el barrio, ya que desde su construcción y hasta su cierre en 2015, fue utilizado como una unidad penal, por lo que remarcaron la puesta en valor atendiendo a sus más de 100 años de historia. No sólo por el paso del Cura Gaucho y las detenciones durante la última dictadura militar, sino también por un hecho más reciente: cuando en 2005 se originó uno de los motines más grandes de la historia de la penitenciaría. “Todos factores con alto valor patrimonial e histórico”, se detalló.