En la Gloria será recordado por lo que fue: un ídolo

Se fue desde muy chico de su Oliva natal con el sueño de ser arquero y jugó en todas las categorías del fútbol argentino. Los que lo conocen de su infancia saben que “Julito” eligió el arco cuando tenía 4, 5 años. “Nació arquero”, como dice su familia.

El fútbol importante le llegó de grande, cuando Marcelo Bonetto lo trajo a Instituto desde Alumni de Villa María como apuesta. Quedó la anécdota de ese primer día en que llegó al predio de Instituto y debió presentarse para que lo dejaran pasar. Nadie lo conocía.

En Instituto se hizo ídolo. Fue a River y pudo tocar con las manos todo lo que soñó de niño, aunque no jugó todo lo que quería. Este regreso a Instituto llegó quizá en el momento equivocado. Julio no estaba feliz, no se sentía completo y dando el 100 por ciento, como él quería. Entonces, tomó la decisión a su manera. Honesto, sin medias tintas. Les anunció al cuerpo técnico y a la directiva que se retiraba. Fue de un día para el otro. Porque se cansó. Seguro en su Oliva encontrará la felicidad. Ahí donde sólo es Julito. Como a él le gusta. Un tipo simple y sencillo. Algunos dirán que es una locura. Pero ya saben. Para ser arquero hay que estar un poco loco. Y Julio Chiarini nació arquero... eso dice su partida de nacimiento en Oliva.

La decisión deja a Instituto triste, pero seguro el tiempo pondrá las cosas en su lugar y será recordado por lo que fue en el arco de la Gloria: un ídolo.