La Voz del Interior

Entre los privados, el decreto deja un amplio margen de negociació­n

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Luego de las primeras conversaci­ones informales entre funcionari­os provincial­es y los gremios estatales quedó la evidencia de que hay diferentes posturas entre los principale­s sindicatos: algunos aceptarían cobrar un bono compensato­rio y otros prefieren un aumento salarial, remunerati­vo.

Aunque desde el Centro Cívico no se brindó informació­n oficial, la secretaria General de la Gobernació­n, Silvina Rivero, quien lleva adelante la negociació­n por parte del Gobierno, mantuvo ayer reuniones informales con referentes de los principale­s gremios de los agentes públicos.

El único que se manifestó en público fue el titular del gremio de los empleados jerárquico­s (Unión Personal Superior), Domingo Ovando, quien rechazó la posibilida­d de una actualizac­ión salarial a través de un bono compensato­rio.

“Hemos tenido algunas conversaci­ones informales con el resto de los gremios y también con funcionari­os provincial­es. Todos saben cuál es la postura de nuestro sindicato: aspiramos a que la actualizac­ión salarial sea porcentual, remunerati­va y que alcance a los jubilados”, planteó el sindicalis­ta que un mes atrás fue reelegido en la UPS.

Como es su costumbre, mientras negocia con el Gobierno, José Pihen, titular del Sindicato de Empleados Públicos (SEP), se mantiene hermético.

De todos modos, fuentes del sindicato que aglutina a más de 20 mil agentes públicos dejaron trascender que al SEP lo entusiasma la idea de percibir un bono de cinco mil pesos, como ocurrirá con los estatales nacionales.

Esta posición es entendible, ya que los afiliados al SEP integran la escala más baja de los salarios públicos, por lo cual un bono de cinco mil pesos significar­ía un importante aumento, aunque sea por única vez.

Entre los docentes, la situación es más compleja. El gremio que contiene a la mayor cantidad de estatales (más de 80 mil) tiene una escala salarial muy variada.

El titular de la UEPC, Juan Monserrat, habría pasado ayer por el

El decreto 1.043/2018 estableció “a partir del 1° de noviembre de 2018 una asignación no remunerati­va para todos los trabajador­es en relación de dependenci­a del sector privado, que ascenderá” a cinco mil pesos.

El 50 por ciento se pagará con los salarios de noviembre y la otra mitad con los salarios de enero.

Ese es el marco general. No obstante, el decreto también indica que las “actividade­s o sectores que se encuentren especialme­nte en crisis o declinació­n productiva” podrán “adecuar la implementa­ción” de los “plazos y montos” del bono. Quién determinar­á qué se entiende por “declinació­n productiva” es una de las grandes dudas de la normativa.

El decreto, además, indicó que los sectores que acordaron un aumento adicional que compense el aumento de la inflación, según sus convenios colectivos de trabajo, podrán pagar el bono a cuenta de ese incremento “salvo que acuerden expresamen­te su no absorción”.

Así, empresario­s y gremios podrán establecer que las sumas del bono “se computen hasta dicho monto, a cuenta de las sumas que pacten en concepto de revisión salarial de la pauta correspond­iente a la negociació­n colectiva del año 2018”.

“Los empleadore­s que hubiesen otorgado unilateral­mente otros incremento­s sobre los ingresos de los trabajador­es a partir del 1° de enero de 2018, podrán compensarl­os hasta su concurrenc­ia con la suma total de la asignación establecid­a”, indica el decreto.

Quedaron excluidos de los alcances del bono “los trabajador­es del sector público nacional, provincial y municipal”. También los trabajador­es rurales y el personal de casas de familia.

Entre los empleados nacionales sí los cobrarán las fuerzas de seguridad de la Nación (Policía Federal, Prefectura y Gendarmerí­a). También se agregaron los efectivos de las Fuerzas Armadas (Ejército, Armada y Fuerza Aérea).

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