La hora del desquite para Paulo Dybala

Sin Lionel Messi (¿de duelo por el último Mundial o renunció por segunda vez?), Gonni Cristian Pavón (los tres afectados a las históricas finales de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate), la serie con México es “la” oportunidad para Paulo Dybala. Junto con Mauro Icardi y Giovani Lo Celso, son las caras de la refundación de la selección y todos deben estar a la altura de sus calidades y de los momentos que viven en sus equipos.

“Tenemos muchas esperanzas en Dybala. En que sea lo que todos creemos que es. Y que lo va a lograr. Es la mayor apuesta que tiene la Argentina a futuro”, fue el pie que le dio el mismísimo presidente de la AFA, Claudio Tapia, durante la conferencia de prensa que brindó en el Centro Cívico como lanzamiento de este partido de la fecha Fifa. Probablemente, Scaloni vuelva a ubicarlo como media punta, aunque eso no debe impedir que pueda desplegar su calidad de goleador. Salvo que decida convertirse en un volante, tal como ha sucedido cada vez que no recibe la pelota. Pero, para que eso no suceda, estará el propio Lo Celso para ser su socio y, por qué no, Franco Vázquez, más Icardi como referencia de área. Su primer pase puede ser Leandro Paredes o Roberto Pereyra, y como opciones profundas también aparecerán en su radar las subidas de Renzo Saravia o de Nicolás Tagliafico. Paulo tendrá una “cancha” importante para poder rayar a gran nivel y archivar las escenas anteriores en las que ni siquiera pudo anotar o dejar su sello. De la manera en la que vive como jugador de Juventus, compartiendo el ataque con Cristiano Ronaldo. Es más, jugará y se entrenará en campos que se han puesto de pie ante la esperanza que representa. En octubre de 2016, el Kempes pidió su ingreso de la misma manera en que supo rendirse a los pies de Messi. En aquel 0-1 por eliminatorias ante Paraguay en el que Bauza escuchó el “Dybala, Dybala...” a los tres minutos de juego hasta que lo hizo entrar... de ¡“8”! El otro escenario es el más caro a sus sentimientos: el estadio de Instituto. Allí, donde se formó, recibirá una nueva caricia. Allí dio mucho. Ahora, se necesita que dé lo mejor en la selección.