La Voz del Interior

“Todos los días esperamos que lo encuentren”

El padre de uno de los tripulante­s mantiene la esperanza. Pero desconfía del Gobierno y tiene dudas sobre las últimas búsquedas.

- Horacio Aizpeolea Correspons­alía Buenos Aires

“Daniel Alejandro tenía unos 6 años cuando nos vinimos de Jujuy a vivir a Sarandí, Buenos Aires; ya de muy pequeñito le gustaban el mar y los barcos, vaya uno a saber por qué”, recordó ayer Daniel Polo en charla con La Voz . Su hijo (foto), uno de los 44 tripulante del ARA San Juan al momento de la desaparici­ón, hubiese cumplido 32 años el 30 de junio pasado.

Polo volvió a viajar a la Base Naval de Mar del Plata, rutina que cumple desde hace un año. “Los familiares nos alojamos en un hotel que hay en la base”, contó.

–¿Recuerda la última vez que habló con su hijo?

–Mi esposa habló con él el 8 de noviembre, cuando zarpó de Ushuaia. Habían quedado en que para el 6 de diciembre, cuando la menor de sus hijas cumpliera un año, y él ya hubiese vuelto, se haría el festejo junto al bautismo.

–¿Su hijo tiene más hijos?

–Sí, otra nena, de 10 años. Fue a la que más le costó en los primeros meses. Ahora está superando ese tramo. Se está poniendo bien en la escuela.

–¿Qué función desempeñab­a en el submarino?

–Era cabo primero en el sector Armas. Había pedido el pase al submarino Santa Cruz. Ya había hecho tres viajes con el San Juan. Este era el último.

–¿Aún tiene esperanzas? –Nosotros seguimos esperando todos los días. Ahora se supone que el barco explorador buscará en la zona donde el 20 de noviembre (cinco días después de la desaparici­ón) desde la corbeta Spiro se escucharon ruidos de golpe a un casco. Allí tendremos el último informe. Después, se termina la búsqueda.

–El ministro de Defensa, Oscar Aguad, es optimista en retomar las operacione­s en febrero.

–No tenemos esa certeza, no hay ningún papel firmado…

–¿Está satisfecho con la búsqueda?

–Tengo muchas dudas. La informació­n que se extrae es examinada primero por la empresa (Ocean Infinity) sin que puedan observarla los veedores de la Armada. Muy raro.

–¿Qué más le extraña?

–Yo creo que nos están mintiendo en la posición donde se supone que el submarino hizo su última comunicaci­ón. Un submarino tiene una ruta trazada, no puede ir por cualquier lado. Y si hubo una implosión, la nave –que pesa más de dos mil toneladas– debe estar en el fondo del mar porque no podría ser arrastrada. No sé si no quieren encontrarl­o porque no les conviene.

–¿Qué hipótesis maneja? –Puede ser que haya entrado agua por el snorkel, y llegado a las baterías, con lo que se produjo una implosión. Ahora, ¿por qué ocurrió esto si los jefes de la Armada declararon ante la Justicia que el submarino estaba hecho un “Fórmula Uno”? Otra cosa: ¿por qué una empresa que dice que la búsqueda le sale 80 mil dólares diarios, firma un contrato por el que no cobra la recompensa si no encuentra el submarino?

–¿Qué hará este jueves 15?

–Voy a estar en el acto en la base. Vienen Macri y Aguad. Vamos a ver si el Presidente nos recibe. Hasta ahora ha sido muy difícil.

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