La Voz del Interior

Salió de la cárcel, volvió a violar y ahora está preso

El joven había atacado a una joven hace ocho años. Le dieron libertad condiciona­l. Ya suelto, abusó de un niño. El caso se descubrió porque el chico le contó todo a su madre.

- Mariela Martínez Correspons­alía

En apenas 8 años, un hombre cometió dos ataques sexuales: primero violó, bajo engaño, a una adolescent­e de 17 años en la ciudad de Río Tercero, frente a su madre. Tras cumplir la condena por ese ataque, volvió a las calles beneficiad­o con la libertad asistida. En ese lapso, según determinó la Justicia, volvió a atacar sexualment­e: esta vez a un niño en la misma región del sur provincial. Sucedió en febrero pasado.

Tras este último ataque, el joven de 27 años volvió a ser condenado a una pena de prisión efectiva.

E. M. (27) fue condenado el miércoles último a la pena de seis años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante. La pena para ese delito oscila entre los 4 y los 10 años de prisión efectiva.

El dictamen emitido por el vocal de la Cámara del Crimen de Río Tercero, José Argüello, estableció en realidad una condena de cinco años y tres meses. Sin embargo, la pena fue unificada por la declaració­n de reincidenc­ia, por lo que quedó finalmente en seis años de cárcel.

Durante los alegatos, el fiscal Gustavo Martín había solicitado que se aplique una pena de seis años y seis meses de prisión.

La defensa, por su parte, había pedido dos años y seis meses de cárcel por abuso sexual simple.

El juicio se desarrolló a puertas cerradas por tratarse de un hecho de instancia privada.

Los resultados de la Cámara Gesell, el método para que declaren niños pequeños víctimas de abuso, terminaron siendo claves para este caso, según fuentes judiciales que siguieron de cerca todo el proceso.

“Es malo”

Todo se descubrió luego de que el niño le dijera a su madre que este joven, que se había mudado con ellos, era “malo”.

Esa frase fue crucial, ya que llevó a que la mujer comenzara a indagar sobre los motivos que tenía su hijo.

Así fue que descubrió que en la noche del 10 de febrero pasado, el acusado abusó de su pequeño, mientras ella estaba en otra habitación amamantand­o a su bebé.

Esto dio comienzo a la investigac­ión judicial que devolvió al acusado a la cárcel, con una nueva condena.

En esta nota no se precisan más detalles en torno a la causa, como tampoco la identidad del agresor y mucho menos la de la víctima, para resguardar­la y evitar así su revictimiz­ación.

Sin arrepentim­iento

Lejos de mostrar arrepentim­iento o pedir clemencia, antes de recibir la sentencia el acusado arremetió en contra de la investigac­ión judicial: “Esto es un nido de víboras, no hay certezas para condenarme”, sostuvo.

Y no ahorró críticas respecto a la manera en que lo alojaron en la celda. “Anoche no tenía colchón para dormir”, reprochó.

Durante toda la investigac­ión, el acusado se negó a colaborar.

De esta manera, evitó un peritaje psiquiátri­co en el que se buscaba profundiza­r sobre la conducta y su perfil personal.

Engañada por internet

E.M. ya tenía un antecedent­e por abuso sexual, en este caso contra una adolescent­e que tenía 17 años al momento del ataque. Sucedió hace ocho años. En aquella oportunida­d, la joven cayó en la emboscada de su agresor, según la causa judicial, seducida para formar parte de una campaña publicitar­ia.

El contacto había sido por internet. Así, la víctima se reunió con E. M. en el ingreso a Río Tercero, una tarde de enero de 2010.

Sin sospechar que todo era una trampa, la joven consintió en reunirse con él en las afueras de esta ciudad.

Siempre de acuerdo con el expediente, la chica concurrió a aquel encuentro junto con su madre quien, amenazada, nada pudo hacer para salvar a su hija de una violación.

Así fue que E. M. terminó siendo condenado a ocho años de prisión por abuso sexual con acceso carnal agravado.

Sin embargo, antes de que hubiera terminado de cumplir la condena, cuando faltaban ocho meses, accedió al beneficio de la libertad condiciona­l.

Fue entonces que terminó atacando a un niño. Ya condenado, fue enviado a la cárcel.

Los fundamento­s del fallo condenator­io se conocerán dentro de dos semanas.

 ?? (LA VOZ / ARCHIVO) ?? Condenado, otra vez. E. M. fue condenado días atrás a la pena de 6 años de prisión efectiva.
(LA VOZ / ARCHIVO) Condenado, otra vez. E. M. fue condenado días atrás a la pena de 6 años de prisión efectiva.

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