Una orquesta de niños para sembrar esperanza
En la siesta del 26 de diciembre de 2003, un tornado provocó destrozos en 40 barrios de la ciudad de Córdoba y devastó la mayoría de las casuchas que ocupaban las 22 manzanas de villa La Tela.
En ese asentamiento precario del oeste de la ciudad, a la vera de la ruta 20, el tifón se cobró la vida de tres vecinos y dejó sin ilusiones a muchas de las 700 familias que lo habitaban.
En el atardecer de ese viernes trágico, Walter “Pollo” Díaz recorrió la franja arrasada y registró en carne propia el dolor de tanta desolación.
Se propuso, entonces, hacer algo para darles una mano a quienes más la necesitaran, sobre todo a los niños.
En 2009 fundó la Asociación Civil Benjaminos, dando así forma institucional a las acciones que desarrolló desde el vendaval funesto junto a un grupo de generosos voluntarios.
El contacto con las carencias y la actitud para escuchar y acompañar a los chicos de esa postergada barriada le hicieron ver que la música podría ser un medio de contención, inclusión y promoción social.
Para comprobar si su intuición era correcta, se propuso conseguir violines para Brisa, Mayra, Rodrigo, Lucas y Micaela, los pequeños “Hamelin” del asentamiento (pero con cuerdas). Y con los instrumentos en sus manos, puso a andar la singular iniciativa.
Él los bautizó como “apóstoles” a los pioneros de la agrupación infantil de cuerdas.
El “sexteto” fue el germen de la Orquesta Sinfónica Benjaminos, proyecto social en el que hoy participan 140 chicos de 15 villas de la ciudad de Córdoba.
El único requisito para sumarse a la singular experiencia cultural y recreativa es tener una buena libreta en la escuela, asistir a los ensayos y comprometerse.
“Esta formación, integrada por pequeños artistas de sectores vulnerables de la ciudad, nació en 2013 con el objeto de construir ciudadanía desde la música. También, con el propósito de aprender valores, códigos, ética, hábitos de estudio y, por sobre todas las cosas, ‘abrir’ las mentes de los niños para que tengan oportunidades en la vida”, resume “Pollo” Díaz.
En esas palabras está el sentido de la experiencia con la que llenó de melodías y esperanzas las villas cordobesas.
El 18 de junio de 2015 la orquesta tuvo su debut oficial nada menos que en el Teatro del Libertador San Martín.
Actuó en la sala mayor de Córdoba en la velada que se realizó con motivo del 20° aniversario de otro proyecto social emblemático: La Luciérnaga.
“Nuestro mayor escollo para avanzar y hacer crecer este proyecto musical fue y sigue siendo conseguir y mantener en condiciones los instrumentos de los chicos, porque todo lo hacemos a pulmón y con recursos muy escasos”, reconoce Díaz, sin quejarse.