Córdoba no está fuerte
Hace 20 años, el PJ llegó al Gobierno provincial prometiendo rebajar los impuestos un 30% con énfasis en que Córdoba era mucho más cara que Santa Fe.
Dijeron que el modelo sería transformador, que más cordobeses pagarían sus impuestos y no haría falta endeudarse.
No decían la verdad. La promesa escondía las privatizaciones –frustradas– del Banco de Córdoba, Epec y el ex-Ipam, para obtener recursos que compensaran el desfase que se produciría entre el aumento del gasto y la menor recaudación.
Poco después privatizaron la recaudación, asegurándole a una empresa ganancias que, sólo para los próximos cuatro años, se estiman en 8.500 millones de pesos.
Cuando el PJ asumió, Córdoba tenía equilibrio fiscal, una deuda de $ 1.040 millones, Epec y la Caja de Jubilaciones mostraban cuentas saneadas y la obra pública era financiada con recursos propios, sin pedir prestado ni un peso.
Después de 20 años, la realidad es muy distinta de la que muestra el Gobierno: Córdoba no está fuerte.
La rebaja impositiva tuvo corta vida y, para financiar el aumento de los gastos, el Gobierno duplicó la presión impositiva: pasó del 6,8% al 13,2% del producto geográfico bruto. Ese indicador para Santa Fe da 4,9%, lo que demuestra que después de 20 años Córdoba es 169% más cara que Santa Fe.
Gasto corriente
La causa de la asfixiante presión impositiva es el desmesurado aumento del gasto corriente, impulsado por un incremento del 70% en la cantidad de empleados públicos –de 72.528 a 128.575– y los recurrentes desequilibrios de Epec y del sistema previsional provincial.
En el caso de Epec, pérdidas anuales superiores a los $ 1.000 millones y una deuda aproximada a los $ 14.000 millones, resultado de una pésima administración. Y en el de la Caja de Jubilaciones, desequilibrios en orden a los $ 6.000 millones por año, consecuencia de reformas jubilatorias que la llevaron al colapso. Hoy sobreviven por la ayuda del Gobierno nacional.
Desde que asumió el presidente Mauricio Macri, Córdoba recibió fondos adicionales por $ 24.136 millones, de los cuales $ 16.134 millones fueron para gastos corrientes y $ 8.002 millones para bienes de capital y obras.
El modelo fue un rotundo fracaso y hoy Córdoba es una de las provincias más caras del país y la tercera más endeudada, sólo superada por Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires.
Cálculos incorrectos
No es verdad que Córdoba tenga superávit. El cálculo, que repiten como si fuera un dogma, es un artilugio que refiere a la administración central y excluye los déficits de Epec, Caja de Jubilaciones, Apross, Camino de las Sierras y Agencia de Inversión y Financiamiento.
El déficit consolidado presupuestado en 2018 es de $ 29.879 millones, y surge de restarle al pretendido “superávit” –$ 695 millones– los déficits de los organismos descentralizados – $ 24.545 millones– y de la Caja de Jubilaciones –$ 6.027 millones–.
En materia de endeudamiento, la situación es muchísimo más grave: el total de deuda asciende a $ 146.050 millones, el 95% está en dólares y el 72% son títulos públicos. Y lo más crítico es el cronograma de vencimientos: mientras se ufanan de que al pago de los intereses destinarán “sólo” el 4% del Presupuesto, no dicen que en los próximos nueve años se deberían acumular superávits anuales promedio de $ 15.000 millones para amortizar el capital de la deuda.
Tampoco dicen que no pagaron los vencimientos de 2017: fueron renovados en condiciones muy desfavorables.
Otra prueba de la mala administración del PJ es la relación entre deuda pública y presupuesto de recursos. Córdoba debe $ 146.050 millones contra ingresos presupuestados por $ 154.238,9 millones. Santa Fe adeuda $ 25.382 millones y tiene un presupuesto de $ 184.708,7 millones. Es decir que mientras Córdoba debe el 94,69% de sus recursos anuales, Santa Fe sólo debe el 13,74%.
Se enojan y me descalifican cuando cuestiono el déficit y el endeudamiento. Hacen incomprensibles comparaciones entre Córdoba y la Nación, ignorando realidades distintas y la herencia que dejó el kirchnerismo, a la que contribuyeron con apoyo legislativo cuando este lo necesitó.
Mientras el PJ recibió una provincia saneada, al Gobierno nacional le tocó hacerse cargo de un país con 40 mil millones de dólares de déficit, tarifas subsidiadas por 120 mil millones de dólares, reservas netas negativas en 1.030 millones de dólares, default, atraso cambiario y cepo.
Los altos impuestos que pagan los cordobeses alcanzan apenas para atender sueldos y gastos corrientes. La obra pública y las inversiones de capital se financian con endeudamiento –que no pagan, sino que renuevan– y con ayuda del Gobierno nacional.
Córdoba no está fuerte: es la tercera provincia con más deuda y la cuarta con más pobreza del país.
El Gobierno provincial dice que va a cuidar a los cordobeses. Empiecen diciendo la verdad.
EL MODELO FUE UN ROTUNDO FRACASO Y HOY CÓRDOBA ES UNA DE LAS PROVINCIAS MÁS CARAS DEL PAÍS.
* Diputado nacional (Cambiemos)