“La derrota durará más que la victoria”
Roberto Monserrat y Javier Villarreal se anticiparon al segundo partido final River Plate y Boca Juniors y dieron sus pareceres sobre la repercusión de una final histórica del torneo continental que quedará en la memoria de todos.
La segunda final entre River y Boca ya comenzó a jugarse. Y es tal la tensión que, por orden de sus respectivas dirigencias, han decidido hacer un silencio de radio. Mundo D abrió el juego a dos cordobeses que hicieron historia en cada club: Roberto Carlos Monserrat (50 años) y Javier Alejandro Villarreal (39).
“El Diablo” fue campeón de los torneos Apertura ’96, Clausura ’97 y Apertura ’97 más la Supercopa de ese año en River; “Villa” fue campeón de Libertadores 2001 y
2003, Intercontinental y Apertura
2003 en Boca. Además, tiene la anécdota de aquel penal de “semi” ante River en 2004, que fue decisivo.
Tanto sintieron el fútbol que colgaron los botines no hace mucho. Monserrat estuvo en Independiente Ranqueles de Huinca Renancó de la Liga Roca, a principios de año, y “Villa”, en Argentino Colonial de Los Cóndores, en la Liga B de Río Tercero.
“El Diablo”–es dueño de dos salones de fiestas infantiles– y “Villa” –es DT alterno del club Santaní de Paraguay– hablaron sin reparos de la final de mañana. –¿Cómo viven la previa?
–R. M.: Ya no estoy tranquilo como antes porque el que pierde queda afuera y no va a ser sencillo lo que se va a venir después.
–J. V.: Tengo mucha expectativa y hago un análisis de lo que puede pasar todos los días. Es una final inédita que quizás no se dé nunca más.
–¿Por qué pueden ganar Boca y River?
–R. M.: River puede ganar porque tiene mejor equipo. Tiene mejores jugadores para lograr el desequilibrio. Ahí puede sacar ventaja. Boca encontró el equipo y tiene dos goleadores tremendos. No va a ser sencillo para River. Tener un solo goleador como Pratto se le puede complicar con las bajas por lesión de Scocco y de Borré por suspensión. Con un solo “9”, será complicado.
–J. V.: Soy de Boca y quiero que gane. Tiene jugadores de jerarquía, un entrenador que conoce de esta Copa Libertadores y es un club copero. Son suficientes argumentos. Los dos tienen gol. Quizás, River tenga jugadores más técnicos y buen juego, por momentos. A Boca lo veo como un equipo más ordenado y práctico. El que falle menos será campeón. Me parece que este partido será más cerrado y más pensado por el hecho de que es el que decide todo.
–¿Influye que Gallardo le haya sacado ventaja a Guillermo Barros Schelotto en clásicos y como entrenador?
–R. M.: Le sacó diferencia. Levantó el equipo desde aquella superfinal y ya no perdió más. Es una ventaja. Habrá que ver cómo se maneja ahora con las bajas mencionadas.
–J. V.: Tiene un DT que conoce como jugador cómo ganar la Libertadores. Los resultados entre sí le dan una ventaja a Gallardo. Es ganador. Pero también es un desafío para Guillermo y le va a dar una jerarquía mayor. Va a poder equiparar un poco lo que Gallardo ha hecho como DT.
–“Se trata de no perder antes que de ganar porque, desde hace tiempo, en el fútbol argentino la humillación del rival es más importante que la satisfacción propia”, dijo Jorge Valdano sobre esta superfinal de mañana. ¿Es así?
–R. M.: La victoria te dura poco. Quizá 15 días. Se hace corto porque ya hay otro objetivo. Ni hablar lo que sobreviene en la derrota. El que lo pierda lo va a sentir en serio. Queda en la historia. Además estás al cierre del año. La derrota durará más que la victoria tras este final. ¿Si el triunfo sobre Boca borrará la marca del descenso? No. Ya quedó. Contra cualquier equipo asoma la mancha de la B. River ya salió de ahí, ganó torneos y no alcanzó. La gente se acuerda mucho de lo peor.
–J. V.: Seguro que será sí. La derrota es lo que más duele. Dura más. Cuando ganás, pasa rápido. Perdura más lo malo que lo bueno.
–¿Qué fue lo mejor y lo peor que vivieron en River y en Boca?
–R. M.: Ganamos cuatro títulos. Más buenas que malas en esos dos años. La única mancha fue no haber ganado la Intercontinental.
–J. V.: El penal de esa semifinal del Monumental. Era una instancia decisiva. Fue un momento soñado. Bianchi empezó a asignar los jugadores. Tevez había sido expulsado, Guillermo había salido. Quedamos varios jóvenes. Le pedí el quinto penal y me dijo que sí, aunque lo sorprendí. Había pateado sólo en Talleres, en Colón y, después, en Cerro Porteño. Lo peor fue en 2002 en Boca. Jugué poco por la lesión en la rodilla.