El calvario de Mikeas tuvo al fin justicia
En fallo unánime, la Cámara 2ª del Crimen de Córdoba condenó ayer a prisión a los padres del pequeño Mikeas, quien sufrió una serie de maltratos y golpes cuando tenía sólo 6 meses de vida.
Paula Celeste Brizuela y Juan Carlos Quinteros fueron hallados culpables por el delito de lesiones graves y, a su vez, calificadas por tratarse de un niño. Ambos recibieron una pena de tres años y ocho meses de prisión efectiva.
El pequeño, en tanto, se recuperó y se encuentra al cuidado de una abuela, con intervención de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).
Laura Battistelli, la fiscal de Cámara, había pedido en su alegato la pena de cuatro años de prisión para ambos, teniendo en cuenta, además de las lesiones, los derechos que le fueron negados al pequeño que no había sido inscripto en el Registro Civil ni vacunado.
La funcionaria se retiró conforme con la condena impuesta.
“Mikeas tenía derechos, derechos que fueron dejados de lado por elección de esos padres. Eso creo que es lo que el Tribunal más penalizó”, dijo la fiscal.
En su alegato, Battistelli se refirió además a la posición de garante que debe tener todo padre, más allá de haber sido o no quien haya agredido al pequeño.
En noviembre de 2016, en la casa que compartían en barrio Ameghino de la ciudad de Córdoba, Mikeas sufrió reiteradas agresiones físicas, particularmente sacudidas, lo que le provocó secuelas neurológicas en su cerebro.
Gracias a la intervención de los profesionales médicos del hospital Misericordia de Córdoba, Mikeas sobrevivió, pero estuvo internado más de un mes en terapia intensiva, con prolongados episodios de pérdida de conciencia.
Actualmente, con 2 años, el niño está al cuidado de la abuela materna, pero la rehabilitación a la que es sometido es muy lenta y aún no se conoce qué tipo de secuelas deberá soportar por el resto de su vida. Los fundamentos de la condena estarán en dos semanas.