Juzgan a policías por allanamientos ilegales
Los efectivos están imputados de entrar a casas sin autorización. Habrían golpeado, amenazado y robado a víctimas.
Los policías Facundo y Jonathan Agulle irán a juicio junto con otros tres imputados por haber entrado a casas sin autorización. Se los acusa de golpear y de robar a las víctimas. Los delitos se cometieron el 18 de febrero en barrio Ameghino Sur, de la ciudad de Córdoba.
Además, hay tres civiles acusados. Uno de los oficiales, preso por un golpe a una concesionaria.
El fiscal de Distrito 4, Turno 3 de la ciudad de Córdoba, Juan Pablo Klinger, solicitó la citación a juicio de cinco hombres acusados de allanar casas de manera ilegal, valiéndose de la condición de policía que tenían dos de ellos.
En un “operativo” que los miembros de la banda realizaron el 18 de febrero de este año en barrio Ameghino Sur de esta ciudad, ingresaron ilegalmente a cinco viviendas, maltrataron, golpearon y amenazaron a varias personas, efectuaron disparos con armas reglamentarias y uno de ellos robó un celular. Así lo sostiene la instrucción que recientemente fue cerrada y fue elevada a juicio.
En la “comisión policial” participaron dos miembros de la fuerza de seguridad y tres civiles.
Lo más llamativo es que, en el marco de esta investigación, Klinger descubrió que dos de ellos habrían tomado parte del asalto a la concesionaria Turín, de donde robaron 1.720.000 pesos, pocos días antes de los “procedimientos”, el 31 de enero de este año. Se trata del agente de policía Facundo Nahuel Agulle, suscripto a la división Motos de la fuerza, y del ordenanza de la concesionaria, Rodrigo Nicolás Ayala.
El hecho
De acuerdo con las sospechas del fiscal, el 18 de febrero, Facundo Agulle salió a buscar un televisor que le habrían sustraído de su casa. El propósito era recuperarlo de unas viviendas de Ameghino Sur, para lo que se habría valido de otras cuatro personas: su hermano Jonathan Gabriel Agulle (también policía); el cuñado de ambos, Matías Quinteros; Federico Ortiz Gómez, y el guardia Ayala.
En un Fiat Palio salieron a hacer “razias” sin ningún tipo de autorización judicial y valiéndose de sus armas.
Los roles fueron divididos: los dos policías entraron a tres casas usando sus armas reglamentarias, mientras que los civiles se quedaron afuera, según la causa.
En la última propiedad que allanaron ilegalmente, amenazaron a una mujer mayor que los enfrentó por la falta de documentación para invadir el domicilio. La respuesta fue prepotente: “Somos policías y nos metemos adonde queremos”.
Como el hijo de la dueña de casa fue reducido por los efectivos, ella comenzó a grabar el “procedimiento” con su teléfono celular, lo que generó la reacción inmediata de los intrusos. La encañonaron en el pecho y le dijeron: “Te vamos a cagar matando”.
Después de esto, siempre de acuerdo con la investigación, la golpearon con violencia, por lo que se desmayó. Aprovechando que había perdido la conciencia, Ortiz Gómez le habría quitado el celular.
Como si fuera poco, también efectuaron disparos en el interior de la vivienda.
Huida y caída
Luego de escapar, los acusados fueron interceptados por un patrullero a cuyos ocupantes les dieron una versión falsa: dijeron que, cuando volvían de ver un partido de Boca, vieron una moto con dos hombres que transportaban un televisor. Por ello, adujeron, se metieron en ese barrio.
Después de que en la unidad judicial brindaron esa versión, comenzaron a surgir algunas contradicciones que Klinger aclaró durante la instrucción, según fundamentó en el pedido de elevación a juicio.
La investigación consiguió recuperar un casquillo de los disparos efectuados en el lugar y determinó que el arma pertenecía a la pistola 9 milímetros reglamentaria del agente Facundo Agulle.
Además de secuestrar las armas de ambos uniformados, al cuñado de los Agulle se le hallaron dos réplicas de pistolas automáticas.
La causa avanza
El fiscal dictó las prisiones preventivas para los cinco acusados, las que fueron recurridas pero luego confirmadas por el juez de Control y por la Cámara de Acusación.
Ahora, Klinger terminó de incorporar prueba y cerró la investigación, por lo que dispuso la elevación a juicio por violación de domicilio calificada y amenazas calificadas por el uso de arma para los cinco acusados.
Pero, además, a Facundo Agulle le adjudica abuso de arma calificado, mientras que a Ortiz Gómez le reprocha robo calificado por el uso de arma de fuego por la sustracción del celular.
“SOMOS POLICÍAS Y NOS METEMOS ADONDE QUEREMOS”, HABRÍAN DICHO LOS ACUSADOS EN UNO DE LOS OPERATIVOS TRUCHOS EN CASAS.