Celos y controles, muy presentes en los noviazgos adolescentes
Es una de las principales variantes de este problema en las relaciones, según un informe de la Defensoría del Pueblo.
Más del 72% de los adolescentes que tienen o han tenido un noviazgo reconoció la presencia de al menos un indicador de violencia psicológica en sus relaciones.
El dato se desprende del estudio que llevó a cabo el Instituto de Género y Promoción de la Igualdad (Igpi), que depende del Defensor del Pueblo provincial, Mario Decara, para analizar la problemática de violencia en las relaciones afectivas de adolescentes.
Los resultados mostraron que la violencia es una problemática vigente y que la psicológica es la predominante.
No obstante, la directora del Igpi, Patricia Calandin, reconoció en diálogo con La Voz que el índice disminuyó en comparación con datos del último estudio (2016). Desde la Defensoría aseguraron que los adolescentes cuentan con más información sobre la problemática y esta sería la razón principal de la disminución estadística.
Entre las frases más corrientes que evidenciaron la reproducción de la violencia psicológica, el informe precisó que detectaron algunas como “te reclama y hace problemas cuando estás con tus amigos”, “decide todo lo que harán juntos”, “quiere cambiar tu modo de ser” y “te maltrata con la excusa de que provocás”.
“Estas frases muestran el control por el cual tampoco es fácil para los chicos identificar la violencia en sus propias relaciones. Pueden identificarla en otras, pero cuando a ellos les pasa cuesta salir”, expuso Calandin, a modo de observación.
Múltiples dimensiones
El informe echa luz sobre situaciones todavía más dramáticas. Respecto de la violencia sexual, por arriba de la mitad de los encuestados manifestaron haber vivido una situación de este tipo.
Señalaron fundamentalmente estas frases: “Contó intimidades a sus amigos”, “quiso tocarte sin tu consentimiento”, “te impide que usen preservativo” y “te obligó a tener relaciones sexuales sin tu consentimiento”.
“Los varones buscan sostenerlos mandatos y estereotipos hegemónicos. Para afirmar su masculinidad, cuentan a los demás intimidades”, explicó Calandin.
En cuanto a la violencia física, tres de cada 10 adolescentes la identificaron en sus relaciones de pareja, principalmente a través de pellizcos, empujones, tironeos y golpes. Un 4% reconoció haber sido golpeado alguna vez por su pareja.
Un dato inesperado fue la similar tendencia entre géneros. Tanto varones como mujeres adolescentes, reconocen la violencia en porcentajes similares, a diferencia de su manifestación en las relaciones de pareja adultas en las que son las mujeres las que más sufren este problema.
El Defensor del Pueblo, Mario Decara, sostuvo ante este medio que el trabajo puso una vez más de manifiesto que la violencia se materializa en cada gesto, en cada palabra o en cada práctica.
“Es un fenómeno cultural que encuentra raíces profundas en la sociedad y es un desafío incidir en un cambio para que las nuevas generaciones no arrastren creencias empobrecedoras o repitan formas violentas de relacionarse”, expresó.
Opinó, además, que el poder y la subordinación están presentes en las relaciones de afecto y dijo que es necesario atenuar sus pesos para alcanzar planos de mayor igualdad.
“El amor se debe manifestar con respeto hacia otras personas. Es un desafío que debe ser de todos: familia, escuela y sociedad”, concluyó Decara.
Desde la Defensoría del Pueblo, implementaron desde 2016 la campaña titulada “Pintó el amor…Que sea sin violencia”, de la cual participaron más de 2.600 adolescentes que se formaron para ser multiplicadores.
Tras las primeras experiencias en el marco de esta campaña, ya hay jóvenes que enseñan a los adultos con un mensaje contra la violencia de género.
“Todavía a los adultos nos cuesta cambiar nuestra forma de pensar respecto de las relaciones entre varones y mujeres. Pero por suerte están los jóvenes, nuestro futuro” dijo Decara.
Datos en profundidad
Esta nueva edición del informe indaga más allá de los datos cuantitativos, que describen cuánto creció cada uno de los fenómenos estudiados, y aborda aspectos cualitativos que explican de qué manera afecta el asunto a este segmento etario.
Así se pudo explicar que los rasgos específicos de las relaciones adolescentes están marcados por el tipo de vínculo que predomina (primeros noviazgos, esporádicos y de corta duración; sin convivencia, ni presencia de hijos, ni un proyecto económico en común), y por las características de la población adolescente (se encuentran en proceso de desarrollo y búsqueda de su identidad, donde los mandatos sociales aún no están tan afirmados como en la adultez).
A partir de esta caracterización, pudieron saber que los celos son el principal motivo de discusión en las parejas adolescentes y que la problemática no reside en “sentir celos”, sino en las diferentes acciones y conductas que se desprenden como sus consecuencia. La mayoría de los consultados conceptualizó a “los celos” como “desconfianza hacia el otro” o “inseguridad sobre uno mismo”.
Detectaron que los mitos del “amor romántico”, que edifica idealizaciones, invisibiliza o justifica manifestaciones de violencia (como los celos) en nombre del sentimiento.
Las redes sociales también sumaron un componente de discordia. Los adolescentes asumieron que más de un 80% pelea al “no responder un mensaje en el tiempo que el otro demanda” y porque “revisa la hora de tu última conexión” (llega al 52,4%).
TANTO MUJERES COMO VARONES ADOLESCENTES RECONOCEN LA VIOLENCIA EN PORCENTAJES SIMILARES.
ANTE UNA SITUACIÓN DE VIOLENCIA DE GÉNERO, SE PUEDE PEDIR AYUDA AL 144 . RECOMIENDAN TAMBIÉN CONTARLO AL CÍRCULO DE CONFIANZA.