Reunión “positiva” entre Trump y Xi Jin ping
BUENOS AIRES. Fue la reunión bilateral más esperada de la Cumbre del G-20. Se desarrolló en el palacio Duhau y se extendió más de lo previsto, más allá de las dos horas. Ante un menú que incluyó solomillo y vino Malbec, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, sostuvieron un encuentro que tuvo gestos de confianza y que se cerró con un aplauso. Larry Kudlow, asesor económico de Trump, señaló tras el cónclave que todo fue “muy bien”.
Todo un síntoma de la distensión entre ambos países, que llegaron a Buenos Aires en medio de la batalla comercial que sostuvieron a lo largo de todo este año, con la decisión desde ambos lados de imponer aranceles, algo que puso en vilo a gobiernos, empresas y mercados de todo el mundo.
Primero fue Trump, que impuso aranceles a la compra de Estados Unidos de acero y aluminio y que luego amplió en dos oportunidades a otros productos por un valor de 250 mil millones de dólares. Vale destacar que el país de Norteamérica tuvo en 2017 un rojo de 375 mil millones de dólares.
China respondió a las medidas de la Casa Blanca de la misma manera. Algunos especialistas afirman que el giro proteccionista de Trump busca poner un freno a China tanto en lo económico como en materia geoestratégica.
Reunión “positiva”
No hubo precisiones oficiales sobre el cierre sobre los términos de la reunión, pues, no bien finalizó, Trump partió a Ezeiza para regresar y asistir a los funerales de George H. W. Bush.
Antes del cónclave, todo era optimismo y confianza mutua. Trump dijo que había establecido “una maravillosa relación” con Xi y dijo que “eso será una razón muy importante por la que probablemente terminemos consiguiendo algo bueno para China y para Estados Unidos”.
“Sólo con la cooperación entre nosotros podemos servir a la paz y la prosperidad”, sostuvo a su turno Xi. “Ha pasado cierto tiempo desde nuestro encuentro anterior. Muchas cosas han pasado en el mundo”, agregó.