Elegimos acompañarnos

En el transcurso de este año, varios casos de violencia de género sacudieron a la comunidad teatral de Córdoba. Algunas mujeres, cansadas de la impunidad con la que los violentos ocupan espacios, se animaron a hablar y a exponer la situación que les había tocado vivir. Hubo dudas, cuestionamientos, sentimientos contradictorios. Lo hicieron para sacarse el dolor de callar, pero también para alertar a otras compañeras.

Ante las pruebas, elegimos no dudar y acompañarnos. Somos una comunidad que trabaja en distintos proyectos en los que se comparten ensayos, funciones y talleres entre todas. Hablar no borra lo que alguna de nosotras vivió, pero alerta al resto a cuidarse de los violentos que llegaron a ser defendidos por sus propios compañeros varones y que hoy, a pesar de las denuncias, siguen trabajando del teatro como si todo hubiese sido un mal trago o una catarsis de alguna despechada. Es ilógico que tengamos que cuidarnos entre nosotras y que no sean ellos los que dejen de avanzar sobre nuestros cuerpos y derechos.

Las actrices de Córdoba nos unimos a la denuncia porque no queremos ser invisibilizadas, calladas, agredidas ni maltratadas en ningún espacio y por ningún varón que ejerza poder. Queremos que nuestras voces se escuchen en nuestro lugar de trabajo porque nos pertenece, es nuestro y queremos gozar de la libertad de trabajar sin miedo.

Nuestros cuerpos son nuestro territorio, nuestra voz es más que una herramienta de trabajo. Ya no nos callamos. Estamos juntas y somos fuertes acá y en todo el país.