Estamos obligadas a creer ese testimonio
La gran dificultad en casos de abuso y/o violación es denunciar. Es un acto de vergüenza, la víctima está en una situación muy particular.
Y luego de la denuncia también hay una serie de peritajes que mortifican a la denunciante, pero que son indispensables para la causa. O preguntas con las que parece que se le echa la culpa a la mujer, pero que son necesarias. Es un camino difícil.
En Córdoba tenemos fiscalías especializadas, donde estas mujeres reciben asistencia.
El camino más difícil es el proceso, pero hay que hacerlo. Y esa mujer que denuncia tiene que ser asistida psicológicamente para soportarlo.
Hay que vivir la situación como víctima o como padre o madre de ella para saber de qué hablamos.
En el caso que involucra a Juan Darthés, se trata de un extraño a la víctima, pero vinculado laboralmente. Estas situaciones no son extrañas en el ámbito laboral, en especial cuando se da esa diferencia de edad o jerarquía.
Esta repercusión ayuda a llamar la atención y a que la sociedad califique esa conducta. Esperemos que sea una campana.
La violencia en el ámbito laboral está muy silenciada y hay un manejo del poder para que sea así.
Hay que recordar que estos son delitos de género. Si los vamos a tratar con los criterios de un delito común, vamos a terminar con que no hay pruebas para condenar. Y no es un delito común, es una afrenta a un derecho humano básico.
¿Qué objeto tendría mentir después de tantos años? Además de lo difícil que es para la joven que denuncia…¿Para qué, con qué fin lo haría?
Estamos obligadas a creer ese testimonio en un principio. Después se investigará y se verá qué pasó.