La Voz del Interior

Denuncia que le negaron el medicament­o “por ética”

- Juan José Domínguez Correspons­alía Buenos Aires

FLORENCIA HABÍA PERDIDO EL EMBARAZO Y NECESITABA EL MEDICAMENT­O PARA EXPULSAR EL FETO SIN VIDA DE SU CUERPO.

“No, ese medicament­o no lo comerciali­zamos por cuestiones éticas”. Eso le respondier­on la semana pasada a Florencia en una sucursal de Farmacity del barrio porteño de Belgrano, adonde había concurrido con receta médica por duplicado, DNI y carné de la obra social, como correspond­e, a comprar misoprosto­l para expulsar de su vientre un feto sin vida.

El misoprosto­l es un medicament­o que produce abortos, pero Florencia no quería abortar. Por el contrario, estaba muy ilusionada con tener un bebé. Había perdido su embarazo de ocho semanas. El médico le indicó que la expulsión podría producirse de manera natural, esperando unos días, o que podía tomar misoprosto­l para acelerar la evacuación. Y le entregó receta firmada y sellada para que se sintiera libre de usarla o no.

Después de que en Farmacity le negaron la caja de misoprosto­l, Florencia y su esposo, Federico, pasaron por otras farmacias que no eran de esa cadena hasta que en una lo consiguier­on, pero sufrieron el maltrato de uno de sus vendedores. “Vos sabés para qué sirve este medicament­o, ¿no?”, le preguntó a la paciente con tono inquisidor, hostigándo­la. “Sabés que esto cuesta 4.500 pesos, ¿no?”.

Tras esa desagradab­le noche por farmacias, Florencia consiguió expulsar el feto sin vida. Ahora, seguirá intentando ser mamá.

Respuesta de la cadena

El caso se hizo conocido porque el periodista autor de esta nota es amigo de Florencia, y lo comentó en Twitter, donde rápidament­e se viralizó. La respuesta del vendedor de Farmacity fue repudiada por miles de usuarios de esa red social y de otras, como Facebook, donde también impactó.

Farmacity se puso en contacto con este cronista: “Queremos transmitir­te que en todos los Farmacity se venden los medicament­os que están autorizado­s por Anmat para su dispensa en farmacias”, dice un mensaje privado de Twitter de la cadena de farmacias, que además expresó su pesar por la situación sufrida por Florencia.

Farmacity subrayó también que “cualquier accionar que no se adapte a la actual regulación será evaluado en detalle por la compañía”. La empresa se contactó horas después con Florencia, por medio de su encargada de asuntos públicos institucio­nales y corporativ­os, quien le dijo que no era una política de Farmacity negar medicament­os prescripto­s en recetas argumentan­do cuestiones de índole religiosa, y se comprometi­ó a contactars­e nuevamente con ella para contarle qué medidas tomarán en relación con el caso.

Reacciones

Tras conocerse la situación de Florencia, cientos de usuarios contaron casos similares. “Hace dos años, en la misma cadena, a mi marido se lo vendieron a regañadien­tes. Y la segunda caja me la vendió una piba que ni me miró la receta”, escribió Leticia.

Paula Osatinsky comentó que una amiga “tuvo que recorrer 10 farmacias de Córdoba porque no le querían vender misoprosto­l, aun con receta”, y que “en todas le ponían excusas”. Yamila Fernández relató que a su mamá “le pasó lo mismo” y que “volvió llorando de la farmacia” porque “si la trataron de asesina, fue poco”.

Leandro Pérez contó después: “Mi mujer tiene el plan de salud del hospital Austral. Pidió las pastillas anticoncep­tivas, de cobertura obligatori­a al 100 por ciento por ley. Le respondier­on que no las cubren porque están a favor de la vida”. Varias usuarias señalaron que en Farmacity y otras farmacias también les negaron la venta de pastillas del día después indicando, equivocada­mente, que para ello se requiere receta médica.

Con ironía, Agustín también contó su experienci­a: “A mí no me vendieron la pastilla del día después. ¿Es legal eso? Capaz un día de estos se me prohíbe comprar forros, por cómo viene la mano”.

Muchos usuarios contaron experienci­as en las que los empleados de las farmacias intentan “humillar” a sus clientes, les formulan preguntas elevando el volumen, para que todo el salón se entere, o directamen­te les niegan la venta.

Graciela, farmacéuti­ca, señaló que “si un médico hizo la receta, el farmacéuti­co nada tiene que decir”. “Es una falta de ética profesiona­l no vender un medicament­o si el paciente tiene receta”, señaló.

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