“No pienso en el descenso”
Hace tres años, Mendoza casi pierde la vida en un accidente. Hoy disfruta de jugar.
Diego Mendoza llegó a Belgrano justo antes de que la Superliga se pusiera en marcha nuevamente. Con un par de prácticas realizadas, en las cuales no alcanzó a coincidir con todos los que formaron el equipo titular ante Unión, se calzó la pesada casaca “10” que había dejado Matías Suárez y jugó en forma completa los tres encuentros que se han disputado en forma oficial en 2019.
El delantero aún no hizo goles, pero asegura: “No me desespera no hacerlos. Mientras el equipo mejore y Belgrano se quede, el gol pasa a segundo plano”. Y sus palabras suenan muy sinceras.
Nada de sustos
Al punta que viene de Huracán no puede asustarle la situación que vive el Pirata, porque hace tres años le tocó pasar una bien complicada en lo personal. Fue cuando el plantel del Globo regresaba de jugar un partido en Caracas en el que había logrado el pase a la fase de grupos de la Libertadores, precisamente con un gol de él. Allí, el ómnibus que los transportaba se quedó sin frenos en la autopista Caracas-La Guaira (que va desde la capital hasta el aeropuerto de Maiquetía por un estrecho camino rodeado de montaña y pre- cipicios), volcó y varios integrantes de la delegación se hirieron.
“Sólo nosotros sabemos lo que vivimos. Fue duro. Que todos hayamos salido vivos de ahí fue un milagro. Cuando salí del micro, pensé que había perdido el pie. Quería que me lo cortaran en Argentina porque tenía miedo de que me lo hicieran en Venezuela. Ahí me lo curaron y cuando volví de nuevo me operaron tres veces”, contó aquella vez.
Hoy, pensar que después de todo lo vivido puede temerle al descenso, no suena lógico: “Después de aquel día, la verdad es que hice un clic en la cabeza, me cambió la vida y la carrera. Antes me tomaba las cosas de manera más dramática, hoy lo hago de forma más tranquila, pero obviamente con respeto y mucho trabajo”.
“La verdad es que tengo la fortuna de seguir jugando al fútbol, por eso me lo tomo como lo hago dentro de la cancha: dejando todo. Las cosas te pueden salir bien o mal, pero siempre voy a dejar todo para darle lo mejor al equipo, que es lo importante. Aquí se pelea por evitar el descenso y lo importante es el bien grupal y no el personal”, prosiguió.
Tras el accidente, Mendoza estuvo cinco meses sin jugar y con la incertidumbre de si podría hacerlo. Pero, el 19 de julio de 2016, pudo regresar a un campo con la camiseta de Huracán y ante Central Córdoba de Rosario por la Copa Argentina.
“Hoy te puedo decir que disfruto de jugar al fútbol y de que mi familia me pueda ver jugar. Mi vieja cumple hoy (por ayer) 50 años y estuvo el domingo en la cancha, lo disfrutó, me vio jugar y, más allá de que se enoja cuando erró un gol o hago algo mal y me putea (se ríe), que ella me vea no tiene precio”, agregó.
Tres veces operado, Mendoza estuvo cerca de largar todo, pero a veces la fuerza interior puede más que cualquier cosa y por eso no le aflojó: “Pensé muchas veces en dejar, no porque quería, sino porque creí que no podría jugar más. Todos los días era algo distinto, dolores distintos y esas cosas. Por eso, con el apoyo de mi familia, de mis amigos y de la gente del fútbol, que me apoyó y mucho, tuve la suerte de seguir jugando”.
A pelearla
“Todos me decían que estaba loco porque me vine a Belgrano a pelear por la permanencia y no me quedé a jugar con Huracán la Libertadores, pero sinceramente no me modifica lo que pienso. A mí me gusta jugar al fútbol, soy feliz haciéndolo y estos desafíos me encantan”, dijo sobre el Pirata.
Finalmente, Mendoza aseguró: “No vine pensando en que tengo que hacer 10 goles. Si se dan mejor, pero lo que quiero es que el club se quede en Primera y te digo que la palabra descenso no la tengo en la cabeza porque sé que Belgrano se va quedar en Primera”.