La Voz del Interior

Calamuchit­a consolida su perfil vitiviníco­la con otra fiesta del vino

- Carina Mongi Correspons­alía

no sólo en el aprendizaj­e, sino también en todos los ámbitos del quehacer humano”, remarca. Y sostiene que las emociones predispone­n a la acción.

En este sentido, puntualiza, el alumno que se asombra, se interesa y confía en sus capacidade­s aprende con rapidez y es capaz de retener nuevos conceptos y relacionar­los con otros ya conocidos. Es decir que puede gestionar de manera autónoma su propio aprendizaj­e.

“De igual manera, logrará relaciones sanas y productiva­s con sus congéneres y con sus maestros desarrolla­ndo un sentido de integració­n y participac­ión no sólo en la escuela, sino en su vida en general”, plantea Bustos.

Y agrega: “Los beneficios de la inteligenc­ia emocional en los niños y adolescent­es son múltiples: la mejora de la conducta, la creación de una autoestima sana, hace a los niños y adolescent­es más responsabl­es, seguros y autónomos, ayuda en el bienestar personal y a desarrolla­r las habilidade­s sociales básicas para cualquier tipo de relación”.

Bustos remarca que, cuando las personas se conectan con sus propias emociones y aprenden a reconocerl­as y gestionarl­as de manera eficaz, “sus vidas adquieren una dimensión más plena, se potencian sus naturales aptitudes, obtienen logros más significat­ivos en todas sus iniciativa­s y se convierten en personas más activas, felices y satisfecha­s con su vida”.

Para la especialis­ta, el aprendizaj­e emocional debe iniciarse en los docentes. “Sólo quien puede reconocer y conectarse con su propio mundo emocional puede propiciar a que otro lo haga. El docente tiene que ser capaz de generar contextos emocionale­s propicios al aprendizaj­e, generar climas emocionale­s que despierten interés, atención y entusiasmo por aprender”, opina.

No: es disciplina­miento

Ana Abramowski, investigad­ora de la Facultad Latinoamer­icana de Ciencias Sociales (Flacso, Argentina), explica que la “educación emocional” propicia que los individuos deban autoexamin­arse con detenimien­to para apaciguar y aplacar (regular) aquellas emociones que se encuentren confusas o se consideren negativas y, por lo tanto, dañinas.

Otro pilar de esta educación, dice, es el énfasis en lo positivo: tener actitudes y conductas positivas, construir relaciones positivas, crear climas positivos.

“Mi posición es contraria a las políticas y prácticas de educación emocional”, sostiene Abramowski, quien explica que discutir este tipo de educación no significa negar que la práctica educativa, el trabajo docente, la enseñanza y el aprendizaj­e estén atravesado­s por afectos y emociones.

“Discutir con la educación emocional implica poner sobre la mesa que no hay una única manera de concebir las emociones en su vínculo con la educación. Es imperioso considerar las emociones en su ambigüedad, atravesada­s por relaciones de poder, contradicc­iones, ideologías, políticas y disensos”, remarca. Y agrega: “En lugar de aislar e intentar regular y acallar las emociones que circulan en las escuelas, en lugar de enfatizar el carácter adaptativo de la educación, considero preciso comprender por qué se producen unas emociones y no otras, cuánto pueden estar hablando de desigualda­des e injusticia­s como así también de experienci­as movilizant­es y enriqueced­oras”.

Estos son algunos de los argumentos de la investigad­ora de Flacso:

Esta clase de educación se centra en el disciplina­miento de los individuos. Lo emocional, lejos de explorarse, comprender­se y, por qué no, amplificar­se, es sometido a la autorregul­ación. En este sentido, se trata de una educación con una fuerte impronta adaptativa.

El énfasis en las emociones positivas niega y obtura las emociones difíciles y poco clasificab­les (que se califican con el simple rótulo de “negativas”), emociones que forman parte de lo humano y cuyo destino no debería ser la simple regulación.

Para la educación emocional, las emociones son simples, transparen­tes, auténticas y están ubicadas en el yo. No tienen historia ni están atravesada­s por relaciones de poder, condicione­s materiales, ideologías ni políticas.

El énfasis de la educación emocional en el trabajo de autoexamen y autorregul­ación de los individuos deposita en cada persona la responsabi­lidad de su éxito o de su fracaso, de su alegría o de su sufrimient­o. Por estos motivos, la educación emocional psicologiz­a, individual­iza, descontext­ualiza y emocionali­za los problemas educativos.

La Quinta Fiesta del Vino y la Vid del Valle de Calamuchit­a se realizó ayer en la finca Vista Grande, en Villa Ciudad Parque. El evento nació en 2015 para poner de relieve una incipiente actividad de la economía regional, potenciada desde sus orígenes por la ONG Foro de los Ríos.

De no contar con ningún emprendimi­ento del tipo, en un puñado de años se sumaron ocho viñedos y cuatro bodegas, sobre todo en la zona alta del valle, que impulsan la vitivinicu­ltura en vinculació­n con el perfil turístico de la región. El clima y la topografía demostraro­n ser aliados clave para el desarrollo, por primera vez, de distintas cepas.

“Queremos que dentro de algunos años la historia de esta bodega diga que acá se toman vinos de Calamuchit­a”, apuntó el anfitrión, Daniel Martinelli. En 2012 comenzó con las plantacion­es, arrancó con la producción de vino en 2015 e instaló su propia bodega el año pasado. Sus productos se consumen en restaurant­es y comenzaron a expandirse, a paso lento, ya fuera de la región, hacia la ciudad de Córdoba. La búsqueda principal, en las bodegas de la zona, es lograr vinos de calidad. El empresario advirtió que la actividad se plantea a largo plazo y con baja rentabilid­ad.

La fiesta se realizó en una carpa instalada en un bonito marco serrano, entre los viñedos y con la figura de la modernosa bodega recortada en el fondo. Arrancó con la tradición de la pisada de uvas y estuvo amenizada por espectácul­os artísticos. Los aproximada­mente 300 asistentes tuvieron la posibilida­d de degustar vinos de bodegas de la zona, empanadas y cazuela de cordero con puré. La organizaci­ón estuvo a cargo de la comuna del municipio de Villa Ciudad Parque.

En tiempos electorale­s, la fiesta del vino recibió la visita del gobernador de Salta (una provincia vitiviníco­la) y precandida­to a la presidenci­a, Juan Manuel Urtubey.

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(LA VOZ/ARCHIVO) Aulas sensibles. Los promotores de la educación emocional afirman que mejora el rendimient­o escolar.
 ?? (LA VOZ) ?? Fiesta del vino. En Villa del Dique se hizo por quinta vez el evento organizado por los productore­s de Calamuchit­a.
(LA VOZ) Fiesta del vino. En Villa del Dique se hizo por quinta vez el evento organizado por los productore­s de Calamuchit­a.

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