La Voz del Interior

No encuentran al conductor que atropelló y mató en Saldán

El conductor del VW Gol se cruzó de carril y atropelló al joven, quien murió en Saldán. Para el hermano de la víctima, fue una venganza. Lo vinculó a una frustrada venta en un quiosco.

- Francisco Guillermo Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

Los efectivos de Homicidios de la Policía de Córdoba buscan desentraña­r qué fue lo que sucedió el pasado domingo por la madrugada en la ciudad de Saldán, cuando un conductor atropelló y mató a un joven, hirió a su hermano menor y luego se dio a la fuga.

Mientras confían en individual­izar al prófugo, los sabuesos quieren dilucidar si lo que dice el adolescent­e que sobrevivió es cierto: que su hermano Lucas Tulián Saldaño (18) murió porque el automovili­sta lo embistió a propósito.

Traducido a términos jurídicos, los investigad­ores aún no saben si están frente a un homicidio doloso o a uno culposo; si hubo intención de atropellar –y matar– o si fue un siniestro vial más allá de la voluntad del conductor de un Volkswagen Gol rojo o bordó.

De lo que no tienen dudas es que, más allá de la intención deliberada o no de atropellar a los dos jóvenes, el conductor escapó consciente de lo que había hecho.

El episodio ocurrió en la madrugada del pasado domingo, a las 2, en la esquina de las calles Arturo Frondizi y Agustín Tosco, en el barrio Portón de Piedra, de Saldán.

Los dos hermanos volvían de “jugar a la play” de la casa de un amigo y caminaban por un costado de la calle de tierra. De frente, llegaba un VW Gol que, repentinam­ente, se cruzó de carril y los atropelló.

Según declaró el hermano menor –de 17 años–, él alcanzó a arrojarse a un costado y sufrió algunas lesiones leves. Lucas, en

tanto, fue embestido de lleno y golpeó contra el parabrisas del vehículo.

En diálogo con Telenoche ,deEl Doce, el sobrevivie­nte señaló que su hermano había sido arrastrado una cuadra por el auto hasta que frenó y cayó hacia adelante. Luego, el Gol se alejó.

Lucas fue llevado a un dispensari­o de la zona, pero murió esa madrugada.

A su hermano no le quedan dudas respecto de la actitud homicida de quien iba al volante del Gol.

El chico, que se repuso, declaró ese domingo que el automovili­sta se cruzó de mano claramente para atropellar­los.

Además de esta presunción, aportó lo que Lucas le había contado horas antes del episodio fatal. Dijo que el sábado anterior, al quiosco de la familia había llegado un cliente –no habitual y que no ha sido identifica­do– que pidió que le fiaran un vino y una cerveza.

Ante la negativa de Lucas, el hombre se fue muy disgustado y profirió amenazas.

Lucas le habría alcanzado a contar a su abuela ese episodio y las amenazas que había recibido.

El hermano menor, sobrevivie­nte del trágico episodio, adjudica la muerte de Lucas a la determinac­ión de alguien que quiso matarlo.

Pistas firmes

Mientras, la investigac­ión del Departamen­to Homicidios continuaba ayer para establecer quién es el conductor prófugo.

Recabadas numerosas pruebas entre el domingo y el lunes, ayer comenzaban a “leerse” esos datos, que podrían aportar certeza.

“Hay confianza de encontrarl­o”, señalaron voceros policiales que se apoyaban en una prueba clave. Primero, se busca llegar al titular del vehículo y luego a quién lo manejaba.

A nivel judicial, la investigac­ión recayó en la Fiscalía de Distrito 4 Turno 6, a cargo de Jorgelina Gutiez. Como se encuentra de licencia, actúa en su lugar el fiscal Alfredo Villegas.

Los instructor­es hacen esfuerzos para arrimar elementos de prueba que permitan establecer si las peores presuncion­es tienen que ver con elementos subjetivos del testigo de esta escena: un joven “herido”

EL AUTO VENÍA DE FRENTE. CUANDO EL CONDUCTOR NOS VIO, COMENZÓ A ACELERAR Y SE NOS VINO ENCIMA. Marcos Tulián Saldaño, hermano de la víctima fatal

por la muerte de su hermano.

No obstante, no se desechan algunas evidencias que hablarían de un inexplicab­le cambio de dirección en la trayectori­a del VW.

Los horizontes de la causa ya dejaron de ser los de un homicidio culposo vulgar, con penas de prisión que pueden resultar excarcelab­les. En el “mejor” de los casos, si el conductor atropelló a Lucas en el marco de un hecho culposo, agravó su situación evadiéndos­e y dejando abandonado­s a dos lesionados, uno de ellos de muerte.

Desde comienzos del año pasado, las sanciones para este tipo de conductas en siniestros viales elevan las penas de prisión, eliminando las posibilida­des de cualquier excarcelac­ión. Más allá del error cometido, el autor debe saber que nunca es tarde para entregarse voluntaria­mente e intentar mejorar la situación procesal.

Si llegara a comprobars­e la peor de las sospechas, el encuadrami­ento jurídico sería muy grave. En ese caso, se hablaría de dolo directo y de penas para un homicidio simple.

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(LA VOZ/ARCHIVO) Agravante. En la unidad de Accidentol­ogía Vial se acumulan casos de conductore­s que huyen. Lucas Tulián Saldaño tenía 18 años.

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