Tragedias evitables
termotanques y estufas. También, en hogares a leña y en calderas, entre otros dispositivos.
Según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, cada año mueren en el país unas 200 personas por intoxicación con monóxido de carbono. De hecho, se trata de muertes evitables en la medida en que se tomen las precauciones del caso y se cumpla con los consejos y advertencias que propalan los organismos especializados.
La infausta estadística anotó un nuevo capítulo durante el pasado fin de semana largo, cuando un hombre y una mujer aparecieron sin vida en el baño de su casa en la localidad de Devoto, al este de la provincia de Córdoba.
La principal hipótesis de los peritos es que la pareja murió por intoxicación con el combustible letal debido a una falla en la calefacción de la vivienda.
Las mayores responsabilidades recaen sobre los moradores de casas o edificios de departamentos, en cuanto a hacer revisar de manera periódica los artefactos por un gasista confiable y que acredite su matrícula.
Un deber ineludible que también atañe a las empresas prestatarias del servicio de gas natural domiciliario. Por ejemplo, en la inspección y, eventualmente, clausura temporaria de las instalaciones que muestren desperfectos y que puedan detonar nuevas fatalidades.
Entre las múltiples recomendaciones que se hacen públicas, la cartera de Salud de la Nación menciona la necesidad de verificar que las llamas de estufas y hornallas de cocinas sean de color azul. Si se presentan de color anaranjado, estamos en señal de peligro latente.
El tema, de trascendencia para la seguridad pública, llegó al Congreso de la Nación. Un grupo de diputados lanzó un proyecto de ley que fija la obligatoriedad, tanto en la fabricación de artefactos a gas para uso doméstico como para la readecuación de los ya existentes, de contar con una llave disyuntora de corte inmediato ante la presencia de monóxido de carbono.
Esta y otras iniciativas deben ser atendidas, de modo de reconfigurar los viejos sistemas de producción y de instalación que colaboran a engrosar las crónicas trágicas.