La Voz del Interior

El pibe que sueña con el Balseiro

Asiste al Ipem 2, de la ciudad de Córdoba. Se destaca por sus conocimien­tos de Física. Sus ganas animaron a sus compañeros y su profesor debió cambiar la manera de enseñar.

- Mariana Otero motero@lavozdelin­terior.com.ar

En la periferia de Córdoba, en barrio Ciudad Parque de Las Rosas, Federico Agustín Noguera Orellano (17) sueña con llegar al Instituto Balseiro, la institució­n dependient­e de la Universida­d Nacional de Cuyo y de la Comisión Nacional de Energía Atómica, que funciona en Bariloche.

El Balseiro es la meca de quienes quieren convertirs­e en los ingenieros nucleares, mecánicos, en telecomuni­caciones o licenciado­s en Física que siempre se destacan en el mundo por su formación de excelencia. Federico no le tiene miedo a ese “monstruo”, al que ingresan estudiante­s de altísimo nivel que sortean exigentes exámenes de ingreso. Es su meta.

Hoy, es alumno de sexto año del Ipem N° 2 República del Uruguay y abanderado de la especialid­ad en Gestión en esta escuela que se levanta a la entrada del vecindario de casas de plan social, a pocas cuadras de la ruta 20.

Ciudad Parque de Las Rosas es de esos barrios que parecen invisibles en una gran ciudad. A pocos metros del Ipem, cerca de las casas de material, se levantaron hace unos años viviendas precarias en medio de desechos y carros con caballos que usan algunos alumnos y sus papás. Al fondo del vecindario un muro separa dos mundos opuestos, en una especie de frontera entre los vecinos de una “zona roja” y de dos countries exclusivos.

Como siempre ocurre en estos sectores, la escuela es un polo de esperanza que da pelea en varios frentes mientras acoge a chicos de realidades duras y diversas. El Ipem fue conocido, hace tres años, cuando La Voz difundió la historia de Rodrigo Pereira, “Pastelito”, el adolescent­e que era escolta de la Bandera mientras trabajaba como carrero y vendía pastelitos para colaborar con su familia.

Federico vive modestamen­te con su mamá, peluquera a domicilio, y presidenta de la cooperador­a escolar y con un señor de más de 80 años que Norma, la madre, “adoptó” después de que familiares del hombre lo dejaran prácticame­nte en la calle. En el piso superior de la casa, cerca de la escuela, vive su hermana con la familia.

Ingresó a la institució­n en tercer año, después de haber cursado la primaria en un colegio privado de Villa Adela y los dos primeros años en el Ipem 383, cuando se mudaron al nuevo vecindario. En aquella escuela –cuenta– no la pasaba bien. “Le hacían bullying porque era flaquito y tuvo algunas enfermedad­es y yo lo sobreprote­gía. Le decían ‘flaco come libros’, no quería salir al recreo, se daba más con los grandes. Acá le va muy bien, vive investigan­do cosas que le interesan”, dice Norma, la mamá, con evidente orgullo.

“Dentro de mis posibilida­des, lo aliento para que siga estudiando. La voy peleando día a día y hago el esfuerzo. Él sueña con irse afuera, ojalá lo logre”, dice la mamá, que comenzó a trabajar a los 13 años y acredita estudios primarios.

Por ahora, la aspiración de Fede es ingresar en 2020 a la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) en la UNC a cursar la licenciatu­ra en Física o Ingeniería Mecánica que serán los primeros peldaños para llegar al Balseiro.

¿Einstein o Hawking?

Federico parece tímido hasta que comienza a hablar de Física, cuando explica los fenómenos con soltura y solvencia. “La teoría de la relativida­d enlaza dos conceptos que antes se creían separados, el espacio y el tiempo. Las cosas que afectan al espacio también afectan al tiempo. Es como un tejido sobre el que se encuentra toda la materia y sobre el que está compuesto el universo en sí. La materia con mucha masa puede distorsion­ar esta tela y así afectar tanto al espacio como el tiempo”, detalla.

Luego, didáctico, da pistas sobre otras teorías basadas en aquella, como la de los puentes EinstenRos­en sobre los agujeros negros.

Parece un libro abierto, lleno de datos, aunque con una pregunta que todavía no puede responder con absoluta certeza: cuál es el mejor físico de la historia. ¿Albert Einstein, el científico alemán que revolucion­ó la ciencia en el siglo 20, o Stephen Hawking, el teórico británico que sufría una enfermedad degenerati­va, autor de buena parte de los descubrimi­entos de la astrofísic­a moderna, como la nueva teoría del espacio-tiempo y la radiación de los agujeros negros?

“Einstein sentó las bases de la teoría de la relativida­d, pero Hawking profundizó en eso, encontró puntos más específico­s. No sabría decidirme por alguno de los dos”, dice Federico.

Física y ciencia ficción

Desde pequeño Federico fue curioso. “Cuando me encontré con Física donde explicaban cosas cotidianas me resultaba muy interesant­e saber por qué ocurrían y me encantó la materia”, relata. Así se convirtió en autodidact­a.

Buceó en páginas científica­s de internet y buscaba comprobar si las series de ciencia ficción o de superhéroe­s utilizaban recursos científico­s fieles a la ciencia. Entonces, comenzó a analizar videos de YouTube que explicaban, por ejemplo, qué pasaría si alguien pudiera moverse a la velocidad de la luz, cómo sería su percepción. También, investigab­a los términos científico­s que se iban mencionand­o en las publicacio­nes y, así, aprendía.

“La teoría de la relativida­d me parece interesant­e porque es un tema que se ve mucho en la ciencia ficción. A partir de esa teoría surgen temas como el límite de la velocidad de la luz, viajes en el tiempo, los puentes Einsten-Rosen que conectan dos lugares del espacio. Y como es algo a escala universal sentía que pasaba de entender por qué los gases van hacia arriba a entender cómo funciona el universo en sí”, subraya Federico.

El tema lo atrapó a tal punto que no podía parar de buscar informació­n. “Me agarró una manía. Cuando veía una serie de ciencia ficción trataba de encontrarl­e la lógica y ver qué tan realista era en términos científico­s. La película Interstell­ar es muy fiel, tiene muchas cosas relacionad­as con lo real. Star Trek utiliza teorías como el motor de curvatura, que se basa en la teoría de la relativida­d”, enumera.

Entender el universo

“Me acuerdo en el primer año, cuando me empezó a interesar la Física, explicaron cómo funcionaba la ley de la conservaci­ón de la energía. Si dos cuerpos tenían diferencia de temperatur­a, cuando se juntaban, el que tenía menor temperatur­a iba a empezar a absorber la del otro. A partir de eso podés saber cómo enfriar cosas”, explica Federico, en relación a los fenómenos físicos en la vida diaria.

“Cuando sabés de óptica, sabés que el frío no es un concepto real sino que es la falta de calor. La oscuridad no es algo real sino que es la falta de luz, por lo tanto si no hay fotones en el ambiente no podrías ver. A partir de ahí podrías entender muchas cosas”, asegura.

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(PEDRO CASTILLO) Un Einstein cordobés. Federico, con la fórmula de la relativida­d, en el pizarrón de su escuela.
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En nuestra web podés ver a Federico contando su pasión con la física.
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Curioso. El interés de Federico contagia a sus compañeros.

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