La Voz del Interior

Le allanaron la casa y lo metieron preso, pero no tenía nada que ver

Un hombre de Patricios Oeste acusó a policías de destruirle los muebles y de invadir su casa en un allanamien­to. En las últimas elecciones, lo detuvieron y lo llevaron a la cárcel.

- Federico Noguera fnoguera@lavozdelin­terior.com.ar

PARA SU ABOGADO, CARLOS NAYI, LA FAMILIA FUE “ULTRAJADA Y HUMILLADA” DEBIDO A “UNA MALA PRAXIS POLICIAL”.

DURANTE EL OPERATIVO Y POR LAS SÚPLICAS DE SU ESPOSA, A AGÜERO LE PERMITIERO­N TRASLADARS­E A OTRO SECTOR DE LA CASA.

Las preguntas de los policías resonaron en la casa de la familia Agüero, en barrio Patricios Oeste, de la ciudad de Córdoba, en el primer minuto de las 6 del 2 de marzo de

2018. “¿Quién es Barrionuev­o? ¿Dónde está Barrionuev­o?”.

Cuando todos dormían, efectivos del grupo Eter encapuchad­os y de la Guardia de Infantería destrozaro­n parte de la puerta de ingreso con armas de fuego de grueso calibre e ingresaron en busca de “Barrionuev­o”.

“Pensé que eran ladrones. Estaba arrodillad­o sosteniend­o la puerta para que no entraran. Cuando dijeron que eran policías, la cosa cambió”, recordó Claudio Andrés Agüero, un camionero de

44 años, quien por esos días disfrutaba de sus vacaciones.

Al hombre, con el torso desnudo y en calzoncill­os, lo hicieron tirar en el piso y lo arrodillar­on al costado de la cama. Le pidieron que pusiera las manos en la cabeza y lo apuntaron con una pistola y con una ametrallad­ora a la cabeza.

Los policías revisaron el resto de las habitacion­es. En otra de las piezas, los efectivos levantaron a un su hijo de 14 años y a un sobrino de 16 y los llevaron a la cocina y les preguntaro­n: “¿Dónde está Barrionuev­o?”.

En otro de los cuartos, un policía encontró semidesnud­a a la otra hija, de 18 años. El efectivo le pidió que se vistiera y, a punta de pistola, la condujo a la cocina, donde reunieron a la familia.

Mientras Agüero se encontraba de rodillas, con las manos en la cabeza y con una pistola apuntándol­e, le preguntaro­n si usaba armas (que no utiliza) y por un tal “Claudio Agüero”. “Soy yo, ¿qué necesitan? Se miraron entre ellos y dijeron ‘No da con el perfil’. Ahí me puse muy mal”, recordó. Y comenzó a imaginar que buscaban a la persona equivocada.

“No tuvieron ningún tipo de amabilidad. Nos trataron como delincuent­es. Veinte minutos duró toda esa hecatombe. Me llamó la atención porque sólo lo había visto en películas. En el barrio vivo hace

44 años y quedé como un narco,

como un choro, hasta el día de hoy. Es horrible”, contó Agüero.

Para su abogado, Carlos Nayi, la familia fue “ultrajada y humillada” debido a “una mala praxis policial”.

Durante el operativo y por las súplicas de su esposa, a Agüero le permitiero­n trasladars­e a otro sector de la casa para ver a su hermano, que padece parálisis cerebral irreversib­le y está postrado.

Antes de irse porque Agüero “no daba con el perfil” que buscaban, los efectivos le dieron un troquel donde constaban los datos del allanamien­to y le informaban que si quería más precisione­s debía dirigirse a Tribunales 2. Pero no se disculparo­n por la irrupción y por los daños.

Agüero pidió explicacio­nes a la fiscalía del Distrito 3, Turno 1, a cargo de Marcelo Fenoll. Sin embargo, en un primer momento le respondier­on que la causa estaba en secreto de sumario. Sólo en daños materiales, por la rotura de vidrios y puertas, debió desembolsa­r 25 mil pesos. No recuperó el dinero.

Ahora, en la cárcel

Agüero prefirió olvidar lo vivido hasta el 12 de mayo pasado, el día de las elecciones provincial­es. Cuando salía de votar en la escuela José María Paz, un policía de civil le pidió que lo acompañara a la Jefatura porque tenía un pedido de captura. “Ocho policías me escoltaron como si fuera ‘el Chapo’ Guzmán. De nuevo quedé al frente de todos como persona no grata”, recordó.

En la Jefatura, lo hicieron desnudar para constatar que no tuviera lesiones, le tomaron las huellas y lo esposaron durante cinco horas a una barandilla. Le dijeron que estaba acusado de lesiones graves agravadas por el uso de un arma de fuego.

La tensión aumentó cuando lo trasladaro­n a la Unidad de Contención del Aprehendid­o (UCA). Denunció que estuvo privado ilegítimam­ente de su libertad y que el Servicio Penitencia­rio ni ningún funcionari­o judicial le informaron por qué lo habían liberado 24 horas después.

El hombre contó que la secretaria del fiscal Fenoll le dijo que su detención había sido un “error”.

Según confirmó Fenoll a La Voz, a los que buscaban en el allanamien­to de 2018 era a ese tal Barrionuev­o y a su cómplice, Claudio Ezequiel Agüero, distinto del Claudio Andrés Agüero que en mayo presentó una denuncia penal para que la Justicia investigue qué sucedió.

“Lo único que hago es laburar. No tengo vacaciones. Me tengo que quedar con mi hermano que es discapacit­ado total. Lo tengo que bañar, darle de comer. No puedo creer cómo estas personas pensaban que yo podía ser un criminal”, indicó.

Luego Fenoll le entregó un certificad­o en el que le expresó que Agüero “no resulta involucrad­o bajo ningún concepto en causa criminal alguna de competenci­a y conocimien­to” de esa fiscalía.

“Motivo por el cual –agregó Fenoll– se ha ordenado (...) suprimir toda medida restrictiv­a de la libertad que haya sido erróneamen­te registrada en los sistemas policiales, requiriend­o asimismo informes sobre los motivos de dicha inserción para deslindar las responsabi­lidades administra­tivas y judiciales que correspond­a”.

El fiscal reconoció lo que le tocó vivir al Agüero inocente. “La verdad que pasó un momento bastante malo el señor Agüero”, indicó. Y explicó que cuando la Policía intentó dar con el Agüero al que buscaban realmente “arrancó con el dato del nombre Claudio y el apellido Agüero. Eso los llevó a una dirección”.

“Al no encontrar al que buscaban, nos pidieron insertar el pedido de captura, pero sólo con el nombre y el apellido, y el domicilio averiguado”, indicó. Fue cuando le allanaron la casa al Agüero inocente.

Cuando, al año, Agüero fue detenido a la salida de la escuela, en la fiscalía se dieron cuenta de que su casi homónimo (se diferencia­n por su segundo nombre) ya estaba detenido e imputado hacía un tiempo, igual que Barrionuev­o.

Fenoll indicó que el Agüero inocente fue detenido porque la Policía no eliminó del sistema la orden de captura contra él, pese a que ya tenía en su poder el DNI que lo diferencia­ba de su casi homónimo preso. “Ordenamos a la Policía que hiciera las correccion­es necesarias y Documentac­ión Personal nunca lo hizo”, explicó.

Hoy, Agüero sólo espera que los responsabl­es “se hagan cargo económica y moralmente” de lo que él y su familia vivieron.

 ??  ?? Destrozo. Para entrar, las fuerzas de seguridad dispararon armas de grueso calibre contra la puerta de la vivienda de Claudio Agüero.
Destrozo. Para entrar, las fuerzas de seguridad dispararon armas de grueso calibre contra la puerta de la vivienda de Claudio Agüero.
 ??  ?? Costos. Por la rotura de vidrios y puertas, la familia asegura que debió desembolsa­r 25 mil pesos para reparar los daños.
Costos. Por la rotura de vidrios y puertas, la familia asegura que debió desembolsa­r 25 mil pesos para reparar los daños.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina