La Voz del Interior

Un riesgo para la salud de la Gendarmerí­a

- Eduardo Omar Capdevila*

El Gobierno nacional se propone implementa­r el llamado Servicio Cívico Voluntario en Valores, el cual está dirigido a jóvenes y “tendrá por objeto brindar capacitaci­ón en valores democrátic­os y republican­os, fomento del compromiso personal y para con la comunidad, hábitos responsabl­es, estímulo a la finalizaci­ón del ciclo educativo obligatori­o y la promoción del desarrollo de habilidade­s para el trabajo, culturales, de oficios y deportes”. Será implementa­do por Gendarmerí­a Nacional, la cual pondrá a disposició­n su infraestru­ctura y recursos humanos.

A partir de esta medida se pronunciar­on voces a favor y en contra. Así, hay quienes dicen que una fuerza de seguridad es el ámbito propicio para incorporar orden y disciplina en la conducta juvenil y otros, en la vereda del frente, denuncian que se pretende militariza­r a la juventud. Pero me parece que la discusión debe ir por otro costado.

Debemos detenernos brevemente en señalar que conforme el artículo uno de la ley 19.349 “la Gendarmerí­a Nacional es una fuerza de seguridad militariza­da, estructura­da para actuar en las

zonas fronteriza­s nacionales y demás lugares que se determinen al efecto”.

El artículo tres fija cuáles son sus funciones e indica que ellas son actuar como policía de seguridad y judicial, auxiliar aduanera, de migracione­s y sanitaria, de prevención y represión del contraband­o, migracione­s clandestin­as e infraccion­es sanitarias, policía forestal, de seguridad de la navegación por delegación, entre otras.

Está facultada a intervenir para reprimir la alteración del orden público, o cuando este se vea subvertido, o cuya magnitud sobrepase las posibilida­des de control de las fuerzas policiales, o cuando adquiera las caracterís­ticas de guerrillas, en cualesquie­ra de sus formas indicándos­e que esta función será ejercida por disposició­n del Poder Ejecutivo Nacional. Se agrega que también tendrá a cargo “toda otra función que se le asigne conforme a su misión y capacidade­s”.

Esta es la tarea de Gendarmerí­a y para cumplir con estos fines es que se capacita a su personal, se la equipa y se la dota de recursos y medios materiales. Y debe decirse que se trata de una fuerza que ha demostrado aptitud e idoneidad, incluso cuando se le encomienda­n tareas que son propias de las policías provincial­es, particular­mente en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires, como ocurre día tras día.

Pero, además, la propia ley se ocupa de cuidar y preservar la naturaleza de la institució­n, porque el artículo 14 expresamen­te dispone que “Gendarmerí­a Nacional no podrá ser empleada en funciones que no se encuentren genéricame­nte previstas en la presente ley”, y convengamo­s que este servicio cívico no es una tarea para la cual Gendarmerí­a esté capacitada como tampoco forma parte de lo que es su misión, de manera que es un error pretender incorporar­lo a la previsión del último inciso del artículo tres.

Queda así claro que la función que pretende asignársel­e con esta resolución es extraña a su naturaleza, función y capacitaci­ón profesiona­l, convirtién­dose así en un riesgo cierto para la salud institucio­nal de la fuerza, y esto es grave.

Es cierto lo que dice la ministra Patricia Bullrich sobre que Gendarmerí­a goza de un altísimo concepto y que es valorada por encima de la educación pública. Pero entonces es responsabi­lidad del Gobierno procurar que ese prestigio se mantenga e incluso aumente. Y no es encomendán­dole tareas que no le son propias y para las cuales no se halla preparada el mejor modo de lograrlo.

Al mismo tiempo, deberían preguntars­e si la decadencia de la educación argentina que señala la ministra no se debe justamente a que se convirtió a los colegios en meros comedores y lugares de contención de menores, descuidand­o y haciendo accesoria la tarea esencial de la escuela, que es enseñar y aprender.

Es en la familia y en los colegios donde debe atenderse la formación y la educación de los jóvenes. Siendo los padres y los gobernante­s quienes deben ocuparse de ello y hacerlo de manera eficaz, el plan propuesto parece de dudosa eficacia y puede lesionar la calidad institucio­nal de una prestigios­a fuerza como Gendarmerí­a, al distraerla de lo que es su tarea esencial.

ES RESPONSABI­LIDAD DEL GOBIERNO PROCURAR QUE EL PRESTIGIO DE LA GENDARMERÍ­A SE MANTENGA E INCLUSO AUMENTE.

* Abogado, exministro de Gobierno de Córdoba

 ?? (JAVIER FERREYRA/ARCHIVO) ?? Gendarmerí­a. Goza de buen concepto en la sociedad.
(JAVIER FERREYRA/ARCHIVO) Gendarmerí­a. Goza de buen concepto en la sociedad.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina