La encrucijada de Schiaretti, luego de las Paso
Una de las reglas más ingratas de la política es que los grandes triunfos cuestan mucho y se disfrutan poco. Es lo que debe estar sintiendo el gobernador Juan Schiaretti, que hace 66 días disfrutó de su victoria más importante y hoy está en una posición incómoda por una campaña nacional que no puede evitar y que insiste en jugar “a medias”.
El 12 de mayo pasado, Schiaretti se aseguró otros cuatro años en el poder provincial. Con un resultado histórico y una frutilla del postre: el PJ también gobernará en la Capital.
Esos logros no estarán en juego en las próximas elecciones nacionales. Aunque un mal resultado de la lista “corta” (sólo candidatos a diputados nacionales,
sin fórmula presidencial) de Hacemos por Córdoba puede mellar el liderazgo del gobernador en el plano político local.
Y eso no es poco, para un peronista como Schiaretti.
Se sabe que el PJ cordobés no competirá en cantidad de votos con el macrismo y el cristinismo. La meta que se planteó el oficialismo provincial es retener las dos bancas que se le vencen en diciembre.
Ese objetivo parece lejano con las últimas encuestas que llegaron al Centro Cívico. De allí, la inesperada maniobra del PJ provincial de pedir que se incluyan en el cuarto oscuro las fórmulas presidenciales por separado, para que los votantes cordobeses tengan más fácil la tarea de cortar boleta.
El pedido fue rechazado por el juez federal electoral Ricardo Bustos Fierro. Ahora, el PJ irá a la última instancia, que es la Cámara Electoral Nacional, casi sin chances de que acepten su reclamo.
Hay quien sostiene que el pedido roza el papelón. Pese a esto, los schiarettistas argumentan que la jugada tenía el objetivo central de instalar la dificultad que significa participar en la elección con boleta corta. Ven como positivo que, luego del revuelo, el tema se hizo más público. El argumento se parece a una explicación razonable, de un gol en contra.
El problema para Schiaretti puede comenzar con las Paso del 11 de agosto. Como en el fútbol –y el gobernador es un gran futbolero– todo dependerá del resultado.
Si Hacemos por Córdoba consigue en las Paso un resultado que lo ponga cerca de retener las dos bancas, será otro el ánimo de afrontar la primera vuelta de octubre.
Pero, si la cosecha de votos en las primarias no llega a los dos dígitos, como marcan algunas encuestas en los últimos días, Schiaretti se verá obligado a replantear su estrategia pensando en el 27 de octubre.
Quienes lo conocen bien pronostican que el gobernador no modificará su postura hasta octubre. Sólo podría repensar su estrategia de prescindencia para un eventual balotaje.
De todos modos, en los últimos días se vieron algunos ceños fruncidos entre los funcionarios schiarettistas. La visita de campaña de Alberto Fernández tensó más la cuerda en la interna peronista.
El candidato ungido por Cristina Fernández encabezó ayer dos actos en el interior. En Villa María y en Villa Carlos Paz hubo varios intendentes peronistas, cuando la orden que se bajó desde el Centro Cívico es que nadie se hiciera ver en esas convocatorias.
No es un dato político menor que en esos actos estuvieran la mayoría de los referentes peronistas de cuatro departamentos importantes, por cantidad de votantes: Colón, Punilla, Santa María y General San Martín.
Si bien los intendentes y legisladores peronistas que compartieron el acto con Alberto Fernández ratificaron que apoyan la lista corta de Hacemos por Córdoba, además de la fórmula presidencial K, la situación genera tensión entre el gobernador y muchos peronistas del interior.