Factor humano
La tecnología (redes, celulares, plataformas, cultura digital) y la información instantánea prácticamente están anulando las relaciones humanas físicas y comunicacionales. A su vez, la “grieta” continúa creciendo.
Hay personas con/sin familia, abandonadas, enfermas, sin trabajo, hambrientas y durmiendo en las calles. Gracias a la iniciativa de Juan Carr y de River Plate, la gente está tomando consciencia e imitando su accionar.
Esa carencia de afecto, caridad, solidaridad y humildad hacia el prójimo conocido o desconocido es consecuencia directa de nuestra conversión en “máquinas”.
Nuestros cerebros y sentimientos se van atrofiando y son caldo de cultivo para los “dominantes de las masas”.
En varios países, democráticos o no, la gente se ha cansado de la opresión y corrupción de sus gobernantes y manifiesta su disconformidad en las calles.
Estos movimientos, justificados o no, son positivos, en la medida en que la gente concurra por su propia voluntad (no como autómatas tras las masas), pacíficamente, y sin cercenar los derechos del resto.
Es imperioso que transmitamos a las nuevas generaciones valores éticos/morales, familiares, solidarios y, sobre todo, humanos; instarlos a moderar la hiperconectividad y las relaciones virtuales y fomentarles el cara a cara, deportes, música, idiomas, escritura en letra cursiva.
Todavía estamos a tiempo de frenar el dominio de las máquinas sobre la humanidad.