Sólo una de cada 10 empresas tiene lactario
El 32% tampoco ofrece reducción horaria para amamantar. Cumplen la licencia de ley, pero sólo 6% paga una excedencia mayor. Los datos surgen de un estudio de Unicef sobre el sector privado y los derechos del niño, que alerta además por el desconocimiento
De qué manera las empresas argentinas respetan los derechos de los niños y adolescentes? ¿Cuánto conocen sobre las leyes que protegen la infancia y cómo las aplican?
Un estudio presentado ayer por Unicef revela, por una parte, que existe un alto desconocimiento entre las empresas sobre la Ley de Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente: casi la mitad de las compañías declara no conocer la norma en detalle.
Por otra parte, el informe devela la existencia de falencias de las empresas en relación con sus prácticas y políticas corporativas dirigidas a sus empleados, que afectan de manera directa o indirecta a los niños. El trabajo “Sector privado y los derechos de niñas, niños y adolescentes en la Argentina” es el segundo de este tipo que realiza Unicef y es estadísticamente representativo.
En temas de conciliación entre la vida familiar y trabajo, el informe arroja que el 92 por ciento de las empresas en Argentina no cuenta con un lactario.
Además, el 32 por ciento de las encuestadas no ofrece reducción de horario para amamantar, a pesar de que la Ley de Contrato de Trabajo establece que todas las madres disponen, durante al menos un año, de dos descansos de media hora para la lactancia o la extracción de leche para sus hijos durante la jornada de trabajo.
En relación con las licencias por maternidad, el 84 por ciento de las empresas otorga los 90 días con goce de sueldo establecidos por ley. Solo el seis por ciento brinda una excedencia mayor remunerada.
En cuanto a las licencias por paternidad, el 48 por ciento de las compañías supera los dos días corridos que define la ley. En este punto se observa un avance positi
vo, en relación al primer informe (año 2013).
Seis de cada 10 empresas consultadas (el 59 por ciento) admiten que ofrecen flexibilidad horaria para controles prenatales para sus empleados.
“El hecho de que sólo dos de cada 10 empresas ofrezcan a sus empleados reducción de jornada laboral para el cuidado de niñas y niños pequeños o la posibilidad de trabajar desde la casa (teletrabajo), demuestra que hay desafíos pendientes en materia de acciones que contribuyan a que las madres y los padres cuenten con tiempo suficiente para acompañar la crianza de sus hijos e hijas”, señala Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina.
El estudio advierte, además, que el 95 por ciento de las empresas no dispone de espacios de cuidado infantil dentro de sus instalaciones. “El sector privado tiene un rol fundamental en la Agenda 2030 y su contribución es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sustentable y avanzar hacia el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño”, afirma Brumana.
En las cuestiones referidas a las políticas internas de las empresas, solo el 14 por ciento declara haber incorporado de forma explícita temas relativos a los derechos de niñas, niños y adolescentes en su política de derechos humanos, sus declaraciones de valores empresariales, códigos de conducta o similares.
Casi la mitad declara, además, desconocer en detalle la Ley de Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente. Solo el tres por ciento incorporó en sus contratos con proveedores una cláusula relativa a ello.
Mucho por hacer
En su investigación, Unicef detectó que los directores de las empresas saben muy poco sobre la conducta de sus proveedores. Es decir que no saben si respetan la legislación sobre prohibición del trabajo infantil, cumplen con las licencias por maternidad y paternidad y con las normas sanitarias y ambientales.
Además, el 43 por ciento de las compañías que ofrecen productos y servicios consumidos por niñas, niños y adolescentes, ignora si existen normativas sobre su protección, como códigos de conducta de la industria, principios de derechos humanos, recomendaciones del Comité de Derechos del Niño o normas ISO específicas sobre infancia.
En relación con la publicidad y el marketing, casi la mitad de las empresas (47 por ciento) reconoce que carece de políticas formales que regulen el tipo de mensajes o imágenes que emiten, su distribución por canales tradicionales y digitales, ni las franjas horarias.
“De esta manera, se corre el riesgo de que los valores transmitidos por las empresas no sean acordes con los derechos de la infancia. Es decir, que no eviten mensajes discriminatorios, la promoción de estereotipos físicos, de género, o vayan en detrimento de buenos hábitos alimenticios”, indica.