La Voz del Interior

Riesgos sanitarios impredecib­les

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El colapso casi general de la Estación Depuradora de Aguas Residuales Bajo Grande, de la ciudad de Buenos Aires, nos muestra una vez más la incapacida­d operativa del Estado por solucionar un sistema sanitario crucial que, tal como está, entraña un alto riesgo para la salud de la población, además de conspirar contra la calidad del medioambie­nte.

De acuerdo con informes difundidos al cabo de exhaustivo­s estudios sobre el mal funcionami­ento de esa planta, ubicada en la periferia este de la ciudad de Córdoba, se puede inferir que la situación es grave.

El deterioro y sus consecuenc­ias asustan: estudios de la Policía Ambiental de la Provincia determinar­on que los líquidos cloacales que se vierten al río Suquía desde la estación Bajo Grande tienen prácticame­nte el mismo grado de contaminac­ión que presentan cuando ingresan.

Es decir, según esos relevamien­tos, la infraestru­ctura funcional de la planta –bajo gestión de la Municipali­dad de Córdoba– ha dejado de cumplir sus funciones más específica­s. Y el panorama es inquietant­e porque no se visualizan planes de obras ni partidas presupuest­arias que alimenten la esperanza de una pronta remediació­n.

De tal modo, los líquidos saturados de virus, de bacterias y de hongos relacionad­os con la materia fecal van a parar casi sin escala al degradado río, para iniciar un recorrido que los lleva hasta la laguna Mar Chiquita, previo paso por poblacione­s que sufren los efectos de la contaminac­ión.

Desde la Municipali­dad atribuyen los reventones en Bajo Grande a la “pesada herencia”, pese a que van a cumplirse ocho años de la actual gestión del intendente Ramón Mestre. La excusa asoma extemporán­ea, aunque es cierto que el problema arrastra décadas de inoperanci­a que ponen en foco, también, a las anteriores administra­ciones en el Palacio 6 de Julio.

Entre proyectos y promesas de campañas políticas que nunca se concretaro­n en obras de infraestru­ctura que atiendan el exponencia­l crecimient­o que tuvo la red de cloacas durante los últimos años en Córdoba, irrumpen las multas y los pedidos de explicacio­nes de ocasión.

En julio de 2018, Policía Ambiental incluyó a la Municipali­dad en el registro de infractore­s y le aplicó una sanción millonaria. Además, le requirió precisione­s sobre la planta de tratamient­o de líquidos cloacales que debe construir Corporació­n América, en el marco del proyecto urbanístic­o con asiento en el ex Batallón 141.

La Municipali­dad y la jurisdicci­ón provincial tendrán que asumir que la realidad pasa por costados ajenos a las sanciones y a los negocios: si no se actúa con urgencia, Bajo Grande seguirá operando como un gigantesco foco de contaminac­ión sanitaria de resultados impensados.

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