La Voz del Interior

Un tránsito más seguro

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Desde agosto, la Municipali­dad de Córdoba sancionará a los conductore­s de motos y autos que circulen por las calles y avenidas de la ciudad a velocidade­s mayores que las permitidas. Era hora.

En términos generales, las estadístic­as nacionales indican que un tercio de las muertes que se registran en siniestros viales en el país se originan en un exceso de velocidad. En términos particular­es, los cordobeses saben que hay varias zonas de la ciudad en las que habitualme­nte se corren picadas.

Los inspectore­s municipale­s usarán

radares móviles para controlar la velocidad. Los límites establecid­os –vale recordarlo– son de 60 kilómetros por hora en avenidas y de 40 en las calles.

En el primer semestre del año, el sistema se puso a prueba para informar a los conductore­s, capacitar al personal, calibrar los aparatos de medición e identifica­r los puntos donde más se comete esta infracción.

El resultado es por lo menos preocupant­e en dos sentidos. Por un lado, si al comienzo de la experienci­a el 30 por ciento de los vehículos circulaba a velocidade­s no permitidas, en el último tramo de la prueba el porcentaje de infractore­s apenas bajó al 26 por ciento. Por otro lado, en la primera etapa se midieron velocidade­s que orillaban los 100 kilómetros por hora, mientras que en las últimas semanas rondaron los 80.

Si el primer dato parece significar que es ínfima la cantidad de conductore­s que toma conciencia del asunto, el segundo podría estar diciéndono­s que apenas si pueden reducir la velocidad. Ambos datos, combinados, demuestran que los infractore­s aún están lejos de aceptar los límites fijados por la norma.

Los operativos de control, según la Municipali­dad, serán móviles y regirán todo el día. Esperemos que esto se cumpla, que contemos con la cantidad de agentes requeridos toda la semana, en el Centro y en los barrios.

Hasta aquí, los inspectore­s de tránsito se han concentrad­o en la zona céntrica y en horario matutino; ocasionalm­ente, se los ve a media tarde; difícilmen­te, a la noche, y brillan por su ausencia sábados y domingos.

Si no se sanciona a quien viola la norma, es casi imposible que esta se imponga por sí misma. Aunque cueste aceptarlo, cuando un conductor debe pagar una multa por haber cometido una infracción, luego tiende a respetar la regla.

Como las multas establecid­as oscilan entre las cinco y las 30 unidades económicas municipale­s y cada una de ellas equivale a ocho litros de nafta, hoy el monto mínimo sería de unos 2.000 pesos.

Será responsabi­lidad de todos, finalmente, entender que un tránsito más lento es un tránsito más seguro.

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