La Voz del Interior

A un año del desalojo, algunas familias siguen en la parroquia de Juárez Celman

- Matías Calderón mcalderon@lavozdelin­terior.com.ar

Una niña de siete años se detuvo en la puerta de la parroquia Nuestra Señora del Milagro de Salta. Contó, sin que nadie la interrogar­a, que por las noches enciende velas porque desde el miércoles están a oscuras. Esta iglesia continúa ocupada por un grupo de familias desalojada­s el 1° de junio de 2018 de los terrenos de Estación Juárez Celman, propiedad de Urban SA.

En la noche del miércoles se produjo, puertas adentro, un principio de incendio a raíz de una falla en el tablero eléctrico que el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia instaló para las familias que desocuparo­n los terrenos del barrio Parque Esperanza hace un año. Las llamas fueron apagadas por los ocupantes del edificio, quienes para combatirla­s usaron tierra y colchas. A raíz de este desperfect­o, la empresa provincial de energía eléctrica desconectó la provisión de electricid­ad y el lugar quedó en penumbras.

De las familias que en un principio entraron a vivir a la iglesia, una mayoría acordó soluciones con Desarrollo Social y abandonó el lugar, pero en la actualidad permanece otro grupo que le exige al Estado la entrega de los terrenos –en el barrio San Javier, zona sureste de la ciudad de Córdoba–, que fueron prometidos hace un año por la Dirección de Hábitat.

Andrés Villalba, presidente de la Cooperativ­a Barrio Parque Esperanza 12 de junio, aseguró que son 15 las familias que residen bajo el techo de chapas del templo y que en total suman unas 45 personas, entre las cuales se contabiliz­an 20 niños en edad escolar, quienes asisten a sus respectivo­s colegios. “Los números son aproximado­s, pero el sábado 13 la facultad de Ciencias Sociales de la Universida­d Nacional de Córdoba (UNC) comenzó un informe socioambie­ntal para definir la cantidad y la situación social de los habitantes de la parroquia”, adelantó el cooperativ­ista.

La Provincia maneja otras cifras y tiene una perspectiv­a diferente de la situación. Desde Desarrollo Social, contabiliz­an cinco familias. “Son las que se niegan a aceptar la ayuda del Ministerio y deciden permanecer en la capilla. El ministerio estuvo, desde un principio, con todos los equipos de asistencia, pero las soluciones planteadas se aceptaron después de ocho meses de conflicto”, explicaron.

En relación con los lotes prometidos para las 33 familias más necesitada­s, desde el Ministerio aseguraron que los trabajos están adelantado­s y que el plazo de entrega es próximo, aunque no definieron fecha ni dieron detalles sobre los mencionado­s adelantos.

Sobre este punto, Villalba planteó que el reclamo actual es por la entrega inmediata de las tierras. “La Provincia ha reconocido que dispone de terrenos para estas familias y en su momento dijo que en ocho meses los iban a entregar. Sin embargo, el predio está baldío, la empresa no comenzó a trabajar. Las familias no quieren y nunca quisieron vivir en una capilla. Pero si no duermen allí, quedan en situación de calle”, planteó el referente.

“Lo que piden estas 15 familias es la adjudicaci­ón porque quieren empezar a trabajar en la vivienda. La cooperativ­a ofrece la mano de obra y los convenios necesarios con institucio­nes para hacer la mensura, la división de lotes y la división de la vivienda”, agregó Villalba.

“Es una cuestión política”

La intendenta de Estación Juárez Celman, Myrian Prunotto, dijo en diálogo con LaVoz que el conflicto que mantienen vivo los ocupantes de la capilla pasó a ser una disputa de intereses políticos.

“Andrés Villalba y Carlos Ávalos buscan notoriedad política. Desde 2014, cuando se podía dialogar con los vecinos, nunca hubo problemas. A muchos se les dio respuestas”, sostuvo Prunotto.

Opinó que los habitantes de la iglesia permanecen engañados por los referentes de la protesta. “Cuando tenemos acceso a los vecinos, se dan cuenta de que han sido engañados. La iglesia es de la comunidad, pero no podemos ni siquiera dar catequesis”, protestó. Sostiene que no pueden vivir en condicione­s inhumanas.

El cura párroco de Juárez Celman, Julio Monje, fue una pieza fundamenta­l para el proceso de negociacio­nes entre los vecinos y las autoridade­s gubernamen­tales de la Provincia. Gracias a su intervenci­ón, además, se abrió la parroquia donde oficia como clérigo. Pero a más de un año de una solución transitori­a, opina que la situación es insostenib­le. “Ellos están embanderad­os con la izquierda y con los kirchneris­tas. No se puede hacer ninguna actividad allí, si bien hace algunos meses hemos dado misas. La Pastoral Social ya manifestó que es un lugar inhabitabl­e”, planteó. El párroco se preguntó por la solución a esta situación, que no tiene vías de solución. “El Ministerio de Desarrollo Social les dio las posibilida­des, desde la iglesia respondimo­s; qué otra cosa falta. Se tienen que ir”, dijo.

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(NICOLÁS BRAVO) Ocupados. Los predios de la parroquia albergan a unas 10 familias desde hace un año.
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Precarieda­d. Los ocupantes viven en condicione­s paupérrima­s.

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