Alta Gracia: Marcos Torres ganó las Paso
En su estreno de la modalidad electoral de las Paso (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias), Alta Gracia dejó mejor posicionado para las elecciones de intendente del 22 de septiembre a Marcos Torres, actual secretario de Gobierno y hermano del ahora jefe municipal Facundo Torres.
Sólo el peronismo, con el sello Hacemos por Córdoba, dirimía sus listas en esta instancia, con cuatro opciones. En total, sumó un 55 por ciento y Torres (con el 42 por ciento) fue, por lejos, el más votado de los cuatro.
Segunda fuerza fue la UCR, en alianza con el PRO y la Coalición Cívica, que cosechó un 30 por ciento con la candidatura del concejal radical Leandro Morer. Desde ese sector, planteaban anoche que sumaron menos votos ya que sus internas habían sido resueltas, acordando una lista única.
El que más festejó anoche fue el grupo del oficialismo municipal que acompañó a Torres. En el escenario apareció el exministro de Obras Públicas, Hugo Testa, padrino político de los hermanos Torres. En su agradecimiento, Marcos Torres incluyó a los militantes, a su familia, a su hermano intendente y ya elegido legislador, y al gobernador Juan Schiaretti, al que calificó como “el mejor”.
Las Paso fueron una salida ante la irresuelta interna del PJ local. El sector del exintendente Walter Saieg y del actual viceintendente Juan Manuel Saieg finalmente no presentó lista y cuestionó el proceso. Dentro del espacio de Hacemos por Córdoba, resultó segundo Pablo Ortiz y otros dos precandidatos quedaron muy lejos.
La sorpresa, para muchos, fue el resultado como tercera fuerza, con el cinco por ciento de los votos, de Alta Gracia Somos Todos, que postuló a Diego Heredia, periodista y asesor del diputado nacional kirchnerista Pablo Carro, y que en campaña había obtenido el aval del candidato presidencial Alberto Fernández.
El piso en las Paso para poder competir en la elección de septiembre era del cuatro por ciento. Por eso, quedó afuera de la competencia la lista de Encuentro Vecinal, que sumó un 3,6.
El porcentaje de votantes, del 60 por ciento del padrón, fue menor que el de una elección tradicional.