La Voz del Interior

El “humor social” también ingresa en Tribunales

- Francisco Guillermo Panero Pulso judicial fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

Se repite hasta el hartazgo que en una inmensa porción de causas judiciales está presente la droga, al menos como un ingredient­e esencial entre quienes cometen los más diversos delitos.

Pero otro de los fenómenos que también están ingresando a los expediente­s es el malhumor social que involucra a los actores de los sucesos que terminan en los tribunales.

La vía pública es uno de los escenarios donde más se producen enfrentami­entos entre personas que no necesariam­ente se conocen. El caso más típico es el de las discusione­s entre automovili­stas que deciden bajar del vehículo para iniciar una discusión de final y consecuenc­ias impredecib­les.

Entre estos episodios puede recordarse que recienteme­nte ha sido elevado a juicio el caso del hombre apuñalado en la rotonda frente al Orfeo Superdomo, de la ciudad de Córdoba. Lo mismo ha sucedido en numerosas ocasiones con penas por homicidio simple y muchos años de prisión efectiva.

Algo similar ocurrió en su momento con un hombre que se molestó porque le habían ocupado “su” lugar en el estacionam­iento frente a una guardería de Nueva Córdoba. En lugar de caminar unos pasos, decidió disparar con un arma de fuego sobre el rostro del “intruso”, que salvó su vida por interponer su mano.

Esta semana, el fiscal Gustavo Dalma pidió la elevación a juicio de un grupo de casi una decena de mujeres futbolista­s que en diciembre pasado protagoniz­aron una batahola por diferencia­s por un partido disputado en la cancha de Universita­rio. Por los golpes recibidos, algunas de las deportista­s terminaron con el rostro desfigurad­o. Las citadas a juicio deben responder por lesiones,

pero algunas de ellas deben afrontar sanciones deportivas acaso más preocupant­es.

También por estos días, una mujer con un penoso pasado por la trágica muerte de un familiar sufrió el secuestro de su auto. Minutos más tarde, fue detenida en el corralón cuando, disgustada, trató de llevarse el vehículo.

Algo parecido ocurrió con el “rayador serial” de autos en un pasaje de Nueva Córdoba, molesto porque los vehículos que “pernoctan” en su cuadra no le dejan sacar con comodidad el suyo. Fue sorprendid­o mientras “paseaba” su perro y rayaba con una llave la pintura de un auto.

A menudo, la presunción es que muchos de estos imputados en realidad son víctimas de una situación social que los supera y no pueden manejar.

A esta altura, se debe suponer que quien “pasa al acto”, como bajarse del auto para pelear por una encerrona en el tránsito, llega a ese episodio con “algo” que arrastra de antes. La reacción desmesurad­a tiene un “mar de fondo” que hace que los frenos inhibitori­os no sean efectivos.

El estrés, el síndrome de la “cabeza quemada” (o burnout )y diversas frustracio­nes no elaboradas son la simiente de innumerabl­es situacione­s conflictiv­as que se generan a diario y en diversos lugares de las grandes ciudades.

Puede tratarse de innumerabl­es microepiso­dios, pero en conjunto se han transforma­do en una inagotable cantera que alimenta los expediente­s de Tribunales.

INNUMERABL­ES MICROEPISO­DIOS QUE SE HAN TRANSFORMA­DO EN UNA INAGOTABLE CANTERA QUE ALIMENTA LOS EXPEDIENTE­S.

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