La Voz del Interior

Schiaretti y el vía crucis de la campaña nacional

- Julián Cañas jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

Para Juan Schiaretti, la campaña presidenci­al se está convirtien­do en un via crucis. Luego de su contundent­e triunfo en los comicios provincial­es, el gobernador mira con más preocupaci­ón la interna del PJ cordobés que el desenlace de la pulseada por el poder nacional.

Mientras evalúa el desafío que le plantearon los peronistas que se sumaron sin disimulo a la campaña de Alberto Fernández, el gobernador trata de bajarle los decibeles a los roces internos.

Aunque no se olvidará de quienes lo desobedeci­eron. Más allá del discurso que ensayará en público de lo “valorable” de las discusione­s internas, como buen peronista Schiaretti está convencido de que quienes se sacan fotos con el candidato del Frente de

Todos están desafiando su liderazgo en el PJ provincial.

De acuerdo a distintas fuentes, en la última semana Schiaretti mantuvo diálogos con funcionari­os y allegados que no integran el gabinete, con quienes intercambi­ó diagnóstic­os sobre el escenario.

En la reconstruc­ción de esas charlas informales está el pensamient­o de Schiaretti, en momentos en que hasta su propio entorno ve con preocupaci­ón el resultado que pueda conseguir la lista de Hacemos por Córdoba.

Schiaretti considera adecuada la decisión de no apoyar a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández.

A su razonamien­to lo avala con encuestas que marcan que la expresiden­ta tiene cerca de un 70 por ciento de rechazo entre los cordobeses.

Sobre un eventual respaldo al presidente Mauricio Macri, el mandatario es también contundent­e: como peronista, nunca apoyaría a un candidato de otro partido y tampoco cree que el PJ cordobés lo haría.

Sobre Roberto Lavagna, el gobernador no oculta las secuelas de la última reunión que mantuviero­n en Capital Federal, el 22 de mayo pasado, cuando hizo el último intento por sumarlo al PJ Federal.

Cree que la candidatur­a de Lavagna debió surgir de las Paso. Considera que el economista no medía como para ser un candidato designado a dedo.

Pese al ruido interno de las últimas semanas, el gobernador se muestra confiado sobre el futuro inmediato. “El PJ cordobés está más fuerte que nunca. Ganamos en todos lados. Hay que esperar que pase esta campaña, que es nacional”, aclara ante sus interlocut­ores.

Por las encuestas que maneja, sabe que su lista obtendrá un magro resultado en las Paso. Podría ser peor en octubre, por efecto de la polarizaci­ón.

Pese a eso, en los últimos días salió a ponerle el cuerpo a la campaña en respaldo a sus candidatos.

El via crucis de esta campaña tendrá su primera estación el domingo 11 de agosto, pero habrá fotos que alimentará­n el fastidio del gobernador.

Alberto Fernández recorrió ayer ciudades del interior provincial en las cuales Schiaretti arrasó en mayo. Al lado del candidato cristinist­a estuvieron encumbrado­s dirigentes peronistas.

En lo político, la foto que más le costará explicar a Schiaretti será la del cierre de campaña de los Fernández, en Rosario. Allí estarán todos los gobernador­es peronistas, menos él, quien brillará por su ausencia.

Para los críticos de su postura de tomar distancia de la fórmula más peronista, Schiaretti también tiene una respuesta: “Soy parte del peronismo republican­o”.

Un dardo envenenado que parece destinado a Cristina y a Alberto.

PESE A LAS CRÍTICAS INTERNAS, SCHIARETTI ESTÁ CONVENCIDO DE QUE EL PJ CORDOBÉS NO TENÍA QUE APOYAR A NINGUNA FÓRMULA.

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(FDT) Foto. Alberto Fernández y Felipe Solá, con Roberto Urquía, ayer en General Deheza. Gill y Caserio completan la imagen que no le gusta a Schiaretti.
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