La Voz del Interior

Para que la música suene más en las escuelas

Colegios de la provincia participan en un programa de difusión musical de la UNC.

- Carina Mongi Correspons­alía

Una orquesta de niños que tocan violín, flauta traversa o clarinete, ante la mirada atenta de otros chicos de la misma edad, que quizá ven por primera vez algunos de esos instrument­os.

El Pabellón Argentina en la UNC se llenó de música, y de la buena, durante varios momentos de las últimas semanas. Que “la música sea un derecho”, aunque sea por un rato, es lo que intenta el proyecto Unidos por la Música, que lleva nueve años rodando, y días atrás reeditó su ciclo de conciertos didácticos para escuelas. Por ese espacio ya pasaron 1.500 estudiante­s cordobeses de 28 colegios públicos y privados de nivel inicial, primario y secundario.

“La música es la excusa para intercambi­ar realidades; es ponerse un poquito en el lugar del otro y entre todos ver en qué podemos mejorar”, dice Magdalena Cano, referente de Unidos por la Música y profesora de piano del método Suzuki. “La música es un derecho que debería estar en cada escuela”, añade. Pero –advierte– ocupa espacios cada vez más reducidos en los planes educativos oficiales.

Isabella Forné, otra referente del proyecto, apoya: “El sistema se orienta cada vez más hacia la competitiv­idad y la productivi­dad, y las artes no están vistas como herramient­as productiva­s”. Se pierde de foco que la música tiene la virtud de trabajar desde un plano intelectua­l, físico, emocional y social de cada persona, asegura.

“Unidos por la Música es encontrarn­os con gente con realidades muy diversas y poder hablar en un idioma común”, agrega la también directora de los coros de la Facultad de Artes y de la mutual MAS. “Desde el proyecto no vamos a transforma­r la educación en general, basada en un paradigma educativo y social muy vertical. Pero es un mínimo aporte, realzando el protagonis­mo de los chicos”, define Forné.

Unidos por la Música es un proyecto de la Subsecreta­ría de Cultura de la UNC nacido en 2011. Su propósito es generar un espacio de trabajo colaborati­vo entre institucio­nes y agrupacion­es musicales infantiles y juveniles.

Matices

La orquesta sobre el escenario está formada por estudiante­s de quinto y sexto grados de la Fundación de Niños Músicos Herbert Diehl. Es privada, de doble escolarida­d y con orientació­n en arte y música desde la salita de 3 hasta el último año del secundario.

Si un colegio común tiene una hora semanal de música, ellos tienen cuatro, lo que les permite elegir y aprender el instrument­o que elijan. La escuela lleva el nombre de su fundador, un referente en Córdoba, también creador del legendario Domingo Zípoli. “Él partía de la base de que todos por igual podían hacer música”, explica Ana Etchemendy, docente de flauta traversa y coordinado­ra de música del primario.

En el otro extremo, Mariel García, profesora de música en colegios del Valle de Calamuchit­a durante 30 años, fue testigo del achicamien­to de esa asignatura en los secundario­s. “La idea siempre fue sacar las horas de música en las escuelas técnicas; a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos, en Argentina el arte no se considera esencial”, señala.

De dos horas semanales, Música pasó a confluir en un área artística de apenas hora y media cada siete días. “Los mismos estudiante­s llegan al colegio con ese formato y cuestionan lo que se les ofrece de arte, como si fuese algo menor”, expresa Mariel.

Santiago Gorosito, docente de Música del colegio Peter Pan, de Córdoba, dice que aprovecha lo más que puede los 45 minutos semanales con cada grado. “Por el poco tiempo que tenemos, no me aboco mucho a los contenidos de informació­n, sino a tratar de que experiment­en desde la práctica, a lo lúdico como herramient­a de aprendizaj­e”, explica.

Gorosito suele llevar sus propios instrument­os y motivar a los chicos para que confeccion­en algunos muy simples, con objetos reciclados. Busca generar interés para que puedan seguir explorando en sus casas u otros espacios. Ante el achicamien­to de las horas en arte, subraya que otros colegios que tratan de sumar más espacios en esos rubros son en su mayoría institucio­nes privadas, a las que no todos tienen acceso.

En la escuela especial Ckari Cay, en tanto, el arte es un campo curricular más extenso. “Creemos que es una puerta de apertura a aprender por otros caminos, que no siempre parten de la racionalid­ad total”, explica su directora Gabriela Tello. “Apuntamos a que el egresado tenga habilidade­s socioemoci­onales, para salir a mirar el mundo y ser mirado de una manera completa”, agrega.

LA MÚSICA ES UN DERECHO QUE DEBERÍA ESTAR EN CADA COLEGIO, PERO CADA VEZ TIENE MENOS PRESENCIA. Magdalena Cano, profesora de Unidos por la Música

LA MÚSICA ES UNA PUERTA PARA APRENDER POR OTROS CAMINOS QUE NO PARTEN DE LA RACIONALID­AD.

Gabriela Tello, directora de la escuela Ckari Cay

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(GENTILEZA EXTENSIÓN UNC) Afinados. Chicas y chicos aprenden a tocar instrument­os junto con profesores de la Universida­d Nacional de Córdoba.
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(GENTILEZA EXTENSIÓN UNC) Orquesta. A través del programa, chicos y chicas aprenden a tocar varios instrument­os.

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