La Voz del Interior

¿Cómo se sustenta la solidarida­d?

- Ricardo Lilloy*

Los sistemas solidarios de salud, como las mutuales, tienen reglas simples y claras para su funcionami­ento. Con el respeto de esas premisas es que estas redes se han mantenido a lo largo de la historia.

Pero en las últimas décadas, además de las crisis económicas, estos sistemas de cobertura de salud vienen soportando situacione­s que ponen en riesgo su subsistenc­ia.

Está establecid­o –y así debe ser– que la salud es un derecho de todos.

El dilema se presenta cuando, por ejemplo, ingresa a un sistema solidario una persona que sin haber realizado aportes exige la cobertura de un tratamient­o que vale millones de pesos.

Los fondos de una mutual no son elásticos y tienen previsione­s de riesgo limitadas, por lo cual aquí hay dos derechos en conflicto: el del nuevo paciente y su enfermedad y el del resto de los asociados que ven mermados los fondos para la cobertura de sus problemas de salud.

Encontrar la solución a estas situacione­s es hoy una cuestión de superviven­cia para muchas mutuales y también para obras sociales y prepagas en nuestro país.

La ley establece que se debe aceptar al aspirante a incorporar­se a una mutual aunque tenga problemas de salud preexisten­tes. En ese caso debe declararlo­s –es obligatori­o– y la mutual establece una cuota diferencia­l para no afectar el servicio al conjunto de los asociados.

Controvers­ia

No obstante, esta cuota diferencia­l no llega a cubrir nunca el elevado costo de algunos tratamient­os cuya cobertura hoy los jueces exigen haciendo caso omiso a cualquier tipo de argumentac­ión.

Claramente ponen la salud por encima de la cuestión económica. Pero esto está derrumband­o el delicado equilibrio que sostenía al sistema sanitario nacional, ya que para que se puedan cubrir las necesidade­s de atención se necesitan todos sus componente­s: el sistema público pero también la seguridad social y el sector privado.

Si uno cae, los otros se desbor

ENCONTRAR LA SOLUCIÓN A ESTAS SITUACIONE­S ES HOY UNA CUESTIÓN DE SUPERVIVEN­CIA PARA MUCHAS MUTUALES

dan también.

Hoy es necesario atender los dos derechos a la vez: el de la persona que demanda su tratamient­o y también la sustentabi­lidad de los sistemas a través de los cuales muchas personas generaron con sus aportes un fondo de previsión en caso de enfermarse.

Es decir, debemos encontrar la manera de poder hacernos cargo de esos tratamient­os de alto costo y esos casos especiales sin romper las redes de cobertura de salud.

La solución es apelar a más solidarida­d y generar más redes. El camino es lograr acuerdos entre todos los sectores involucrad­os: Estado, industria farmacéuti­ca, empresas, mutuales, seguridad social y prestadore­s para poder afrontar los costos crecientes de los nuevos tratamient­os.

Y sobre todo, la integració­n en una sola entidad para dar cobertura a estos pacientes con enfermedad­es no frecuentes, lo que permite la utilizació­n de herramient­as de gestión como las licitacion­es para afrontar los costos.

La idea, en definitiva, es hallar entre todos la clave para poder sustentar la solidarida­d.

* Farmacéuti­co y Bioquímico. Posgrado en Administra­ción Sanitaria. Presidente de la Cámara de Entidades de Medicina Privada de la República Argentina (Cempra)

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