“En 10 años mutamos en muchas formas”
La Viajerita pasó de ser un dúo ambulante y acústico a un proyecto electroacústico.
Tras la incorporación del DJ y productor Fede Flores, lanzó un nuevo disco titulado “MUY”.
Suena una base de sintetizador que marca el pulso y después de algunos segundos irrumpen las voces. Desde el mismo comienzo de MUY, La Viajerita planta bandera: hay un nuevo sonido, hay riesgo y hasta un nuevo integrante. Fede Flores es el responsable de esta transformación que el dúo formado por Ornela Lanzillotto y Mariela Carrera venía insinuando hace un tiempo y ahora se confirma con la salida de este nuevo disco que presentarán mañana en el Pabellón Argentina.
“Ya llega, ya llega, espera, no temas, no tarda en llegar”, cantan en ese arranque casi como una autodeclaración. Es que a pesar de que pasaron varios años desde la salida de Mundo barrio (2013), la mutación estaba en marcha. “Luego de presentar ese disco, invitamos a Fede a un ciclo que hacíamos en La Fábrica Cultural y que consistía en ese intercambio de músicas. Nos encantó la experiencia y fue recíproco”, introducen las artistas.
Luego completan la anécdota: “Desde ese toque, seguimos haciendo cosas juntxs. A medida que nos fuimos conociendo, nos animamos a más y comenzamos a producir canciones nuevas de nuestra autoría, una especie de laboratorio que duró aproximadamente tres años. Esas canciones se convirtieron en MUY. Respecto del sonido electrónico, Fede tuvo absolutamente que ver en todo, nosotras venimos de otro palo y el mundo electrónico lo descubrimos gracias a él”.
–En este disco aparecen más composiciones propias y posturas marcadas. ¿Sienten que el proyecto está más maduro y ahora tienen más cosas para decir? Hay citas y canciones que sientan una posición, como “Triste, loca o mala”.
–Creemos que la misma necesidad de interpretar algo original y la búsqueda por un sonido propio nos llevó a hacer cada vez más canciones nuestras. Puede que sea una señal de madurez. ¡Ojalá! La satisfacción de interpretar algo propio es inigualable. Hay ciertas cosas de las que nos gusta ser parte, y coincidimos lxs tres y le damos para adelante, las letras nos son porque sí, las citas tampoco. Cada canción está por algo. Hay temas en los que hay que participar, no hacer la vista gorda, y sumar desde todos los puntos posibles. El arte, y particularmente la música, que es nuestro medio para expresarnos, es una herramienta sumamente poderosa. Produce cambios en la persona que la escucha, sensibiliza. Nosotrxs, además, tenemos en nuestras voces la palabra, y eso no es poco. Justamente Triste, loca o mala es una adaptación de la canción Triste, louca ou ma, de Juliana Strassacapa, de Brasil. Esa canción es casi un himno para las feministas brasileñas. Ahí trazamos un puente y visualizamos la lucha no sólo nuestra, sino de todo Sudamérica.
–Se cumplen 10 años del proyecto que fue mutando de algo nómade a este más establecido en Córdoba. De hecho, en este disco se rodean por un colectivo de músicos locales que integran un gran movimiento. ¿Cómo vivieron todo este proceso?
–Una de las cosas más lindas que ha tenido La Viajerita en estos 10 años es la posibilidad de ir mutando en muchas formas, sin perder su esencia. Comenzamos con un repertorio ambulante, acústico, queríamos que nuestra música fuese una viajera más. A medida que fue pasando el tiempo y grabamos nuestro segundo material, Mundo Barrio, aparecen canciones propias e invitamos a músicxs locales a participar de la grabación. Fuimos reafirmando la identidad del proyecto y siempre desde un lugar genuino, buscando ser fieles a nuestro deseo. Ese ha sido siempre nuestro motor, quedándonos más quietas en Córdoba o viajando por lugares no tan lejanos, como en un comienzo. Nos sabemos parte de un movimiento de músicxs y artistas de nuestra ciudad, diverso y enorme.